Empate en las presidenciales de Polonia
El liberal Komorowski y el conservador Kaczynski competirán en una segunda vuelta
El candidato de la derecha liberal, Bronislaw Komorowski, y su rival ultraconservador Jaroslaw Kaczynski, hermano gemelo del fallecido presidente Lech Kaczynski, se encontraban esta madrugada a menos de tres puntos de distancia (40,13% frente a 37,42%), cuando se había escrutado el 71% de los votos emitidos ayer en las elecciones presidenciales de Polonia.
Los sondeos a pie de urna, sin embargo, habían pronosticado una amplia ventaja del candidato liberal. Los polacos tendrán que decidir en una segunda vuelta dentro de dos semanas quién será su presidente y si Polonia pondrá o no punto final a una era política en la que, juntos o por separado, los Kaczynski han estado presentes en la cúpula del poder en los últimos cinco años.
Las presidenciales se decidirán en la segunda vuelta del 4 de julio
Es previsible que la izquierda, tercera fuerza, apoye al candidato liberal
Pero no hay que dar nada por seguro. Durante la campaña electoral, las encuestas coincidían en que Komorowski era el favorito para ganar el 4 de julio. Sin embargo, los analistas recuerdan que Lech Kaczynski perdió en la primera vuelta en las presidenciales de 2005 y, finalmente, se hizo con la victoria frente a Donald Tusk, el actual primer ministro y líder de la Plataforma Cívica, la formación de Komorowski. Pero hay que tener en cuenta que la situación política era entonces muy diferente y que puede haber un cierto desgaste de Ley y Justicia, el partido que Kaczynski fundó con su hermano en 2001.
A pesar de que los resultados oficiales definitivos no se conocerán hasta hoy, los dos candidatos más votados que medirán sus fuerzas en una segunda vuelta -al no haber conseguido ninguno más del 50% de los votos- se dirigieron anoche a los votantes de los otros ocho rivales para ganarse sus apoyos. Los liberales deberían tener el respaldo claro de los simpatizantes de Grzegorz Napieralski, líder de la Alianza Democrática de Izquierdas, que ha sido la tercera fuerza más votada: en torno al 14%, con más del 70% de las papeletas escrutadas.
"En la vida, como en el fútbol y en todas las disciplinas deportivas, lo más difícil es la prórroga. Seamos conscientes, movilicemos a nuestras fuerzas y toda nuestra energía para el final de esta carrera", afirmó Komorowski tras conocer los resultados de unos sondeos que luego no se materializaron. "La llave de la victoria es la fe, la convicción de que es posible y necesario ganar. Debemos ganar por nuestra patria, por Polonia", respondió su adversario.
La batalla entre Komorowski, de 58 años, y Kaczynski, de 61 años, durante los próximos días promete ser complicada. Ambos participaron en la lucha del sindicato Solidaridad, que propició la caída de la dictadura comunista en 1989, y comparten los valores conservadores, pero representan a dos Polonias diferentes. El candidato de la Plataforma tiene sus apoyos en los jóvenes profesionales y las ciudades; el candidato de Ley y Justicia, en los mayores, el campo y los defensores de la tradición. Sus estilos son también diferentes: Komorowski, actual presidente del Parlamento, es moderado y proeuropeísta, mientras Kaczynski, que fue primer ministro entre 2006 y 2007, es mucho más conservador y agresivo (y eso que en esta campaña ha intentado contenerse).
Una eventual victoria de Komorowski allanaría el camino al Gobierno, liderado por su partido, para que pusiera en marcha las reformas estructurales que, a su juicio, necesita el país, y que afectan a la sanidad, las pensiones, la Administración pública y algunos sectores económicos. La Constitución polaca establece un papel más representativo que ejecutivo para el jefe del Estado, cuyo poder reside en el derecho de veto de las leyes que aprueba el Parlamento, lo que en la práctica suele paralizar o ralentizar la acción del Gobierno. El anterior presidente utilizó este poder o amenazó con utilizarlo en más de una ocasión.
La campaña electoral ha estado marcada por la sombra del accidente aéreo que el 10 de abril pasado acabó con la vida del presidente, su esposa y otros 94 pasajeros, muchos de ellos altos cargos políticos y militares, en la localidad rusa de Smolensk. También han estado presentes las inundaciones provocadas por las lluvias, las peores en 160 años, que han azotado el país en mayo y junio y que han dejado 24 muertos.
La participación es otro elemento a tener en cuenta. Según la comisión electoral, se situó entre el 54%, un porcentaje modesto que está en la línea con los niveles obtenidos en las elecciones de 2005 y 2007. "Para disfrutar de la democracia hay que hacer algo más que quedarse sentado en el sofá", afirmaba ayer el arzobispo Jozef Zycinski en el momento de votar.
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