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Crónica:SUDÁFRICA 2010 | España-Honduras
Crónica
Texto informativo con interpretación

Volver a ganar

La trayectoria de España invita al optimismo porque la mayoría de los jugadores y el entrenador han afrontado retos exigentes - Ya no hay margen de error, sino dos finales contra Honduras y Chile

Ramon Besa

Acostumbrada a ganar, no se sabe muy bien cómo reaccionará hoy España contra Honduras después de haber perdido frente a Suiza, derrota que rompió una serie de 12 victorias iniciada precisamente el día siguiente a la sorprendente caída ante Estados Unidos en la Copa Confederaciones. Al parecer, no le gusta el invierno africano ni los rivales menores desde que se coronó campeona de Europa en Austria. El título le obliga precisamente a dar una respuesta inequívoca en cada uno de los partidos que le aguardan en el Mundial. Ya no le queda margen de error en las dos jornadas de la primera fase, la última contra Chile, y, consecuentemente, afrontará cada partido como si se tratara de una final.

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La trayectoria del equipo y también de los internacionales invita al optimismo. La mayoría de los jugadores ha disputado encuentros muy exigentes, algunos incluso han sido campeones europeos, y no deberían acusar la presión. También se ha destacado la capacidad de gestión de Vicente del Bosque, sobre todo en su etapa en el Madrid, y por descontado en la selección durante la fase previa y en la confección de la lista para Sudáfrica. España, por lo demás, tampoco jugó mal contra los suizos, sino que pecó de narcisismo. Le faltó corriente y puede que también un poco de rebeldía, de arrebato al menos, porque la épica no se le supone a un colectivo aseado, que convive bien, sin retranca.

A España se le tiene por un equipo futbolísticamente ortodoxo, el estilo es irrenunciable y la calidad individual de los futbolistas aconseja no perder la sensatez por un mal resultado. Tampoco parece el momento de declaraciones solemnes como las del presidente de la federación, Ángel María Villar, anunciando que la continuidad del seleccionador está asegurada. Hay muchas más selecciones de la vieja y entrañable Europa que tienen la clasificación comprometida para los octavos, equipos que afrontan serios debates futbolísticos, algunos extraviados, otros en busca de una identidad, y los hay que son simplemente resultadistas. Las cuitas de Anelka, Cristiano Ronaldo, Capello o Eto'o no son las de España.

A la selección española le conviene operar con cierta naturalidad, incluso con normalidad, sin mayor trascendencia que la de activarse en la cancha a partir del fútbol. La lectura del estreno asegura que en la historia de la Copa del Mundo ningún equipo había perdido un partido con el 74% de posesión de la pelota y, al menos, 25 llegadas francas al área rival. "Si es que morimos, lo haremos con nuestras ideas", profetiza Torres mientras Del Bosque apenas tiene nada que reprochar a sus futbolistas y tampoco piensa señalar a nadie por perder con Suiza. Acaso el propio Torres sustituya a Iniesta o Silva para reforzar el juego de ataque y esponjar la línea de medios.

Del Bosque responderá seguramente igual que Pep Guardiola cuando el Barcelona se enfrentó al Inter. La discusión no está en tener o no la pelota, sino en su manera de ponerla en juego. A España le conviene ser agresiva con el balón y utilizar el campo a lo largo y lo ancho para ser profunda. La velocidad de circulación del cuero es tan importante ante zagas numerosas y bien paradas como la presión para favorecer los ataques cortos. La mezcla de jugadores que haga el seleccionador para formar la alineación será tan capital como el acierto en los cambios si son necesarios. Más que dos versiones de España, hay un equipo que juega con más tensión y contundencia que otro más propenso a acomodarse.

La necesidad de ganar y la madurez del colectivo parecen circunstancias que favorecen más que perjudican a la selección justamente cuando se cumplen 46 años de la victoria en la Eurocopa de 1964. La tensión futbolística no siempre es una mala compañera en un colectivo al que a veces se acusa de falta de carácter. A España, de momento, se le debe exigir más que acusar porque sale como favorita en la mayoría de los partidos y, como selección mediática, está expuesta igualmente a que los medios escruten a sus figuras y acompañantes: si a la prensa les parece interesante el noviazgo de Casillas y la periodista Sara Carbonero es precisamente por su popularidad.

En la medida que el capitán sepa sobrellevar el asunto, que el seleccionador dé con la tecla de la alineación y el equipo asuma su condición de aspirante al título, La Roja encontrará soluciones a un problema que pareció menor, sorprendente si se quiere, un accidente al que está expuesto cualquiera, sin más. Aunque inédito, el reto de hoy es jugar como si nada hubiera ocurrido, nada más y nada menos. Asegura Valero Rivera, el seleccionador de balonmano, que para un campeón solo hay una cosa más difícil que ganar: "Volver a ganar y para ello se necesita perder antes".

Del Bosque sigue, ayer en Johanesburgo, el entrenamiento de sus jugadores.
Del Bosque sigue, ayer en Johanesburgo, el entrenamiento de sus jugadores.ALEJANDRO RUESGA

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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