"No hay crisis que valga. En educación hay que invertir"
Es su primera visita a Madrid, que no a España -sabido es que Mallorca está antes o después en el horizonte de todo alemán-, y aterriza la lingüista Cornelia Pieper (Halle, 1959) con un programa bien cargado. Y muy medido. A la una, entrega de la primera edición del premio Julián Sanz del Río para jóvenes investigadores (convocado por la Fundación Universidad.es y el DAAD alemán y conquistado por Mirja Feldmann y Carlos Díaz); a las dos, inauguración de la muestra Traspasar fronteras, un siglo de intercambio científico entre España y Alemania, en la Residencia de Estudiantes; de tal a tal, visita al colegio alemán, el Goethe...; luego, paseo turístico por la ciudad, y para terminar, concierto... Y mañana, a otra parte. Cronometrado. Tanto que antes de llegar al postre o al café, y sin mirar el reloj, ella, ministra adjunta del Ministerio de Asuntos Exteriores, que dirige su camarada del partido liberal (FDP), Guido Westerwelle, se levanta de la mesa para dirigirse puntual al siguiente destino. Se despide, me da la tarjeta. 50 minutos exactos.
La ministra alemana de Estado se sabe fuerte: "Es natural, crecimos en la RDA"
Con un resorte interior parece moverse esta mujer cordial, casada y con un hijo, impecablemente peinada (rubia y de corto) y vestida (de claro, zapatos y bolso de piel, perlas...) que tiene trazas de política pura. Durante la charla se aprecia a la primera que ella es ministra de Estado portadora de un mensaje de Estado. He aquí: que la política cultural (exterior) de su ministerio está bien dotada económicamente y dirigida por caminos concretos hacia un fin: demostrar que invertir en educación, investigación y cultura siempre es rentable (para todos). Y no hay crisis que valga. "Al contrario, aún es más importante ahora". Que Alemania, pese al millonario ajuste económico, "no va a restar un céntimo en dichos apartados". Porque es ahí, en educación, donde está "el progreso y futuro de la UE", dice, preparada para degustar los tagliatelle y langostinos encargados. Pero su discurso es tan intenso que pasta y marisco se quedan en el plato casi tal cual llegan. Porque es Cornelia Pieper una de esas mujeres venidas del Este comunista, como Angela Merkel o Marianne Birthler, que parecen poseer la determinación de un toro. Se aprecia en sus ojos azules, que te miran con mucho dentro. Así se lo digo (lo del poderío del Este). Y ella: "Es natural, crecimos en la RDA". Lo que significa: se trabajaba, tanto daba ser hombre o mujer, y había guarderías...
Su misión hoy en Madrid es mostrar y demostrar cuánto se ha hecho ya en cooperación educativa hispano-alemana. Y cuánto se hará. "La relación es de lo más satisfactoria". Se detiene un rato en el tema fomento del idioma. "No es fácil el alemán". No. Pero anuncia planes concretos para tratar de convertirlo en segunda lengua. "Allí donde se habla el idioma local los negocios son más fructíferos", concluye. En un impasse, asegura no dar mucho crédito a las quejas de algunos de sus compatriotas sobre el pago a quiebras ajenas (por Grecia). No irá a más. "La UE prosperará unida, siendo lo que es". Luego, ya en la entrega del premio, se emociona de veras. Y repite lo dicho en la comida (¡ay! ¿lo ensayó conmigo?): educación y cultura siempre como apuesta. Y mientras ella habla, el ministro español de Educación, Ángel Gabilondo, toma nota.
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