El Gobierno introduce cambios para facilitar el apoyo nacionalista

Los cambios que ha introducido el Gobierno en el borrador del decreto ley sobre la reforma laboral, que ayer aprobó el Consejo de Ministros, han tenido en cuenta la opinión de los partidos nacionalistas, cuyo apoyo o neutralidad recaba para su convalidación en el Congreso el día 22, especialmente CiU. Lo admitió ayer su principal interlocutor, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, tras un Consejo de Ministros en el que predominó la unanimidad sobre el modelo elegido para encarar la reforma.

José Luis Rodríguez Zapatero no ha encontrado resistencias en el Consejo a la reforma laboral, pese a la beligerancia de UGT. Tampoco ha introducido cambios sustanciales en el borrador conocido el viernes. A plazo inmediato, su prioridad es superar la convalidación del decreto ley el martes, que de no triunfar cuestionaría la continuidad del Gobierno. E, inmediatamente, "tramitar urgentemente" el proyecto de ley.

Corbacho expresó ayer su confianza en que el decreto ley superará la prueba porque los principales partidos de la oposición -PP, CiU, PNV y CC- han defendido, desde hace tiempo, la necesidad de que el Gobierno acometa la reforma del mercado laboral. Y sucede que, además, ahora, la UE urge su acometida.

Por el contrario, ninguno de los partidos de la oposición quiere ser el primero en apoyar el decreto del Gobierno. CiU está a pocos meses de las elecciones catalanas; el PNV mantiene la tensión con el Gobierno por su situación en Euskadi; y el PP espera a lo que hagan estos partidos, guardándose en la manga la posibilidad del no para tratar de tumbar al Gobierno si los nacionalistas se animaran.

Corbacho, ayer, trató de iniciar la erosión del muro con concesiones a los nacionalistas. Contará con el apoyo de la implicación de Zapatero en una negociación en la que dispone de margen de maniobra, lo que no pasó con el decreto contra el déficit.