Garantía y seguridad para el sistema

En el año 2000, España afrontaba una situación crítica de falta de cobertura de generación eléctrica. Las inversiones en ciclos combinados y en infraestructuras gasistas, hizo que pudiéramos superar este episodio con éxito gracias a los 10.500 millones invertidos en infraestructuras gasistas y a los más de 6.500 millones en ciclos combinados. Para realizar dichas inversiones, los productores de energía se guían por el documento Planificación de los sectores de electricidad y gas vigente publicado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Dicha planificación se realiza cada cuatro años para asegurar que se cubren todas las necesidades de la demanda prevista. Ello es garantía de que todos podamos poner en marcha nuestra fábrica o nuestra cocina, sin problemas ni de suministro ni de calidad, manteniendo un sistema previsible y seguro.

Para que pueda haber electricidad cuando no sopla el viento o no hace sol, o cuando no están funcionando otras instalaciones de generación, son necesarias tecnologías de respaldo, que aporten generación eléctrica en esos momentos, y es cuando los ciclos combinados dan respuesta a esa generación poco gestionable como son las renovables.

El gas es el combustible fósil más sostenible y los ciclos combinados presentan una flexibilidad que otras tecnologías no tienen y, por tanto, resulta necesaria como complemento al desarrollo de las renovables.

La revisión de la Planificación 2005-2011 estimaba para el año 2011 una potencia instalada de ciclos combinados de entre 26.000 y 30.000 MW (recordemos que un ciclo tiene un tiempo de autorización+construcción de 3,5 años) y actualmente, a 7 meses de 2011, contamos con 22.000 MW, por debajo de lo previsto.

Como recordarán, el sistema prioriza la entrada de la energía renovable cuando está disponible y el gestor, Red Eléctrica Española, marca la puesta en marcha del resto de tecnologías, en función de que las diferentes tecnologías de renovables aporten o no, suficiente electricidad al sistema. Así pues, en el primer trimestre de 2010, en un esquema de necesaria sobrecapacidad total instalada, los Ciclos Combinados han funcionado a una media del 30%-35% de su capacidad total, suponiendo una falta de rentabilidad para el inversor. Pero también ha habido momentos del año, especialmente en el invierno, en el que REE ha mantenido hasta el 94% de los Ciclos Combinados en funcionamiento para poder mantener el sistema con los criterios de seguridad y previsibilidad necesarios para la industria y los ciudadanos. Esto demuestra la necesidad de contar con estas instalaciones ahora y en la futura política energética.

Clarificar este punto es esencial para que podamos llegar a un entendimiento común en el mercado energético, en el que apostemos por un mix sostenible, que aproveche la capacidad instalada al máximo para mantener un sistema seguro y previsible, y que ayude a la economía española en base a un criterio de eficiencia, en el que los recursos públicos se destinen a tecnologías maduras y a las que garantizan la seguridad del sistema y no a otras que aún requieren de un fuerte desembolso en I+D+i. El I+D+i no debería ser repercutido al consumidor en la factura, como se ha hecho hasta ahora.

Por todo lo anterior, la industria del gas reclama su peso en el sistema y la relevancia que ha tenido en el desarrollo de toda la economía española, llegando a crear empleo (directo e indirecto) por encima de los 70.000 puestos de trabajo.

Antoni Peris es presidente de la Asociación Española del Gas (Sedigas)