"La venganza solo lleva al caos y a la confusión"
"Hay temas del apartheid que todavía están vedados en Sudáfrica, el proceso de transición ha sido lento y lleno de particularidades. Los niveles de lectura son muy bajos y no se debaten temas espinosos como sucede ahora en España en relación con la Guerra Civil". Lo dice el escritor Deon Meyer (Paarl, Sudáfrica, 1958), considerado uno de los mejores autores de novela negra en su país, que ha presentado en Madrid El pico del diablo (RBA). La idea surgió en 2005, cuando Meyer comenzó a hilar coincidencias entre algunos asesinatos de niños. Como buen reportero (trabajó algún tiempo en un diario local), se armó de una red de fuentes que incluía a detectives, policías retirados, trabajadoras sexuales y recortes de prensa. "Lo más complicado", cuenta el autor, "fue convencer a los agentes de que se trataba del material para un texto de ficción y nada distinto que pudiera entorpecer sus investigaciones.
Todos los asesinatos estaban relacionados, al parecer, con una antigua creencia nativa de que las carencias o frustraciones sexuales de los agresores se corregirían violando a un menor. En cierto momento me encontré atrapado por el dilema de qué haría en caso de que alguien hiciera daño a alguno de mis cuatro hijos. Lo primero que todo el mundo piensa es en tomar represalias, yo también lo hice, pero puedo decir que el proceso de escritura de El pico del diablo me ha dado razones para concluir que la venganza sólo lleva al caos y a la confusión", afirma el novelista. A través del personaje de Thobela Mpayipheli, guerrero Xhosa y ex agente de la KGB, que aparece también en su novela El corazón del cazador (RBA), Meyer elabora una crónica plagada de costuras y trampas que mantienen la atención del lector. La narración discurre en la etapa posterior al apartheid.
Su intención con la literatura, explica el autor, es sencillamente armar un buen relato y entretener. Lo demás son añadiduras. "Creo que en mis libros abordo aspectos de la realidad de mi país, pero es sólo un escenario que me sirve de fondo para estructurar una trama. En el proceso de escritura puedo decir que sí hay un proceso de cicatrización de ciertas heridas que deja el tiempo, pero únicamente a nivel individual. Ahora, si logro poner el foco sobre una injusticia, pues, francamente, mejor". El tránsito hacia la reconciliación en Sudáfrica ha sido lento y marcado por las condiciones de una sociedad heterogénea y desigual. "Las razones de los brotes de violencia son las mismas que en cualquier lugar del mundo: falta de educación, la falta de oportunidades y la pobreza", explica el autor. Las manos del novelista, rojas y cuarteadas, como de cazador avezado, se agitan para explicar por qué escribe en afrikaans, lengua hablada por los sudafricanos blancos, miembros de la tribu que dominó durante la mayor parte del siglo XX. "Escribo en afrikaans porque es mi lengua materna, una buena porción de la población la habla. Creo que se trata de una retribución a mi idioma natal y una forma de contribuir a preservarlo".
El pico del diablo (RBA / La Magrana). Deon Meyer. Traducción de Alberto Coscarelli. RBA. Barcelona, 2010. 464 páginas. 19 euros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.