Las nuevas caras piden paso en las listas del Partit dels Socialistes

Pasado ya el temor a unas elecciones anticipadas en Cataluña, los cuadros del Partit dels Socialistes (PSC) han puesto rumbo a los comicios de otoño con una incógnita que no se resolverá hasta septiembre. ¿Hasta qué punto el recambio de caras impulsado por José Montilla se reflejará en las listas? ¿Sufrirá mucho la vieja guardia para mantener el escaño en una legislatura en la que nada, y mucho menos el Gobierno, está garantizado? Montilla guarda silencio y responde a los pocos que se atreven a preguntarle que de listas no se hablará hasta pasadas las vacaciones. Sólo hay una cosa que todas las familias del PSC dan por hecha: el equipo de campaña del presidente y el grupo redactor del programa electoral, dos núcleos repletos de treintañeros, tendrán una amplia presencia en las listas electorales. Y algunos ocuparán puestos muy relevantes.

Laia Bonet, Jaume Collboni y Rocío Martínez ocuparán puestos destacados

La dificultad tradicional de los socialistas catalanes para tejer sus listas ha estribado en dar representatividad a los dos sectores del partido: el próximo al núcleo duro y el catalanista. Montilla tendrá esta vez dos dificultades añadidas. Por una parte, deberá introducir caras nuevas para representar la renovación del PSC. Al mismo tiempo, deberá guardar puestos de relieve para dar cabida a un número importante de sus actuales consejeros y evitar así transmitir la imagen de que el PSC no reivindica la acción del actual Gobierno. "La cuadratura del círculo es difícil, pero sería mortal para el partido que entre el electorado cuajara la idea de que las listas son el refugio de los actuales consejeros y altos cargos ante un eventual pase a la oposición", afirma un dirigente del partido que no forma parte del Ejecutivo.

Si Montilla sabe los nombres y las listas que quiere hacer, se lo guarda para él. Todos están expectantes. Según el calendario del presidente, afirman fuentes de la dirección, nombrará antes de julio los cabezas de lista de Girona, Lleida y Tarragona, y dejará para septiembre el resto de la lista. A la hora de hablar de nombres, los dirigentes consultados se mueven más por especulaciones que por hechos fundados, pero coinciden en augurar pocos cambios en el número uno de cada provincia y más renovación en los puestos sucesivos. En 2006, la lista de Girona fue encabezada por Joaquim Nadal; la de Tarragona, por Xavier Sabaté, y la de Lleida, por Joaquim Llena. Los dos primeros tienen todos los puntos para continuar. En el caso de Lleida, el ascenso del alcalde Àngel Ros dentro del partido ha levantado dudas. El regidor sostiene que quiere centrarse en la política local, pero son muchos los que ven sus incursiones en asuntos de política supramunicipal, como sus críticas a la ley de veguerías, como un intento de dar el salto al Parlament. Y Montilla no lo vería mal, aseguran. Algo parecido ocurre con el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, por más que ha asegurado que quiere mantenerse al margen de la política catalana, al menos por ahora.

Donde todos los dirigentes auguran una irrupción de caras nuevas es en los números dos y tres. Dos mujeres tienen todos los puntos para ir bien situadas: Laia Bonet, secretaria del Gobierno, y la ya diputada Rocío Martínez Sampere, experta en asuntos económicos, que podría ir en uno de los primeros puestos. También está asumido que Montilla reserva un puesto relevante para el responsable de la campaña electoral, Jaume Collboni.

Montilla deberá tener especial cuidado en la elección del número dos por Barcelona. Una derrota contundente en las elecciones pondría en peligro la continuidad del presidente al frente de las filas socialistas y entonces podría abrirse una pugna para hacerse con el control del grupo parlamentario y del partido. Quien ocupe el número dos de la lista estará situado en un puesto ideal para, llegado el caso, tomar las riendas.