Aguirre mete en las aulas ordenadores más grandes que los de Zapatero

El Gobierno de Esperanza Aguirre vuelve a utilizar la enseñanza como argumento de confrontación política con el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. A finales de 2009 se negó a implantar el proyecto Escuela 2.0 auspiciado por el Ministerio de Educación -que pretende dotar a los alumnos de 5º de Primaria de un ordenador portátil- con la excusa de las "dificultades visuales y los problemas ergonómicos" que, según la consejera Lucía Figar, causaba el tamaño de las pantallas (10 pulgadas). Y ayer presentó un plan experimental alternativo con ordenadores de mesa y más grandes (19 pulgadas).

El vicepresidente regional, Ignacio González, lo anunció como una "alternativa" al proyecto Escuela 2.0 y aseguró que este "no servía para atender las necesidades de formación e innovación tecnológica" del alumnado.El proyecto de la Comunidad de Madrid consiste en crear 15 institutos de innovación tecnológica por toda la región -cuatro en la capital, cuatro en el sur, tres en el este, otros tres en el oeste y uno en el norte- a partir del próximo curso y en el que los 1.768 primeros estudiantes beneficiados trabajarán en aulas dotadas con un ordenador por alumno, red wifi y pizarra electrónica. El plan se completa con 300 profesores de Secundaria que recibirán incentivos por la dedicación especial.

Comenzará a implantarse en 1º de la ESO y se utilizarán las aulas para un tercio de las horas de matemáticas, más dos asignaturas a elegir por el centro entre ciencias naturales, ciencias sociales, geografía e historia, educación plástica, lengua española y literatura, y lengua extranjera. Se completa con un plan de seguimiento y evaluación del resultado, algo de lo que carece el plan estatal, uno de los fallos que Figar le atribuyó. Otra de las ventajas es que, frente a la alfabetización digital a través del sistema operativo Windows que imponen los ordenadores del ministerio, en Madrid los dispositivos llevan instalado además el software abierto de Linux y se puede elegir cuál utilizar.

Pero la Comunidad de Madrid no destinará una partida específica para su nueva propuesta, sino que tirará del programa de mejora de las infraestructuras de las redes de comunicación en los institutos (proyecto MIES), que se creó en 2008 y está dotado con 34,6 millones de euros. De ahí saldrá el millón de euros que costará modernizar cada instituto, a pagar en cuatro años, según la Consejería de Educación.

Al renunciar al plan del ministerio, la Comunidad de Madrid (al igual que Valencia y Murcia) dejó escapar 11 millones de euros que hubieran servido para financiar la mitad de los 50.000 portátiles que debía destinar a alumnos de 5º de Primaria y para aumentar la ratio de ordenadores por alumno. En el ministerio explicaron que el próximo año volverán a facilitar 100 millones de euros para este plan y Madrid podrá engancharse al programa, pero advierten de que el dinero es para el proyecto Escuela 2.0 y no servirá para ningún otro.

Madrid tiene una ratio de un ordenador para enseñanza y aprendizaje en cada aula por cada 8,7 alumnos, cuando la media española es de 6,1. Eso sitúa a la región a la cola, sólo por detrás de Baleares y Murcia y muy alejada de la primera de la lista, Extremadura, con un ordenador por cada 2,2 alumnos, según datos del Ministerio de Educación.

El sindicato CC OO considera que el proyecto de institutos tecnológicos es "insuficiente", según señala en un detallado informe que presentó al Consejo Escolar. Critica que el modelo de implantación progresiva "agudizará las diferencias entre centros, entre zonas y entre alumnado" como, a su juicio, ocurre con el proceso de selección de institutos bilingües. CC OO subraya la mala situación de Madrid en la ratio ordenador alumno y consideran que el nuevo proyecto "pretende desviar la atención del rechazo a los ordenadores" del ministerio.

Respecto a la mejora de resultados académicos que prevé la Consejería de Educación con este proyecto, Comisiones pide que se exponga en qué materias se va a medir esas mejoras y que marquen un punto de partida. También creen que sería beneficioso que se formara y se permitiera participar del proyecto a todos los profesores porque "una iniciativa como esta en el proyecto currícular debe ser global si se quiere de verdad que los resultados mejoren" y piden la misma ampliación para el resto del alumnado, "ya que de no tomarse medidas compensadoras quedarán en situación de desventaja".