'Toro' Acuña no era tan "inepto"
El Supremo ordena al Depor pagar 845.000 euros al paraguayo
En octubre de 2006, poco después de jugar el Mundial con Paraguay, Roberto Toro Acuña se encontró con una carta de despido del Deportivo. Ayer, el Tribunal Supremo confirmó que deberá recibir una indemnización de 845.000 euros, cantidad ponderada a partir del cálculo de dos meses de ficha y sueldos por cada año trabajado y aumentada por lo que la Justicia estima como circunstancias concurrentes, que se derivan de haberse hecho efectivo el despido cuando la competición se había iniciado y Acuña no tenía posibilidad de buscar un nuevo destino.
En un arbitraje previo, Acuña reclamó que no le habían tramitado la licencia ante la Liga de Fútbol Profesional y, además, una demora en el pago del salario. Pero no solo no hubo conciliación, sino que los abogados del Deportivo le entregaron una carta de despido en la que esgrimían como causa "una ineptitud sobrevenida". La fundamentaban en que Acuña había sido descartado por dos entrenadores (Irureta y Caparrós) y que ni el club ni el representante del futbolista habían encontrado un nuevo equipo.
Acuña había llegado al Deportivo en el verano de 2002 tras completar unas magníficas campañas en el Zaragoza. Lendoiro pagó cinco millones de euros por su ficha y cerró un acuerdo con el jugador que no bajaba de los dos millones anuales. El paraguayo se fue cedido al Elche y el Al Ain, de Emiratos Árabes Unidos, y en su última temporada en el club apenas disputó 70 minutos en toda la Liga. Cuando el equipo coruñés declaró su "ineptitud", le restaban nueve meses de contrato.
Demanda matrimonial
Desde Paraguay, donde con 38 años todavía juega en el Rubio Ñú, Acuña expresó a través de su abogado, Miguel Juane, su satisfacción. Pero mantiene abiertos otros frentes judiciales: la Fiscalía de Paraguay le ha imputado por una denuncia promovida por su ex esposa, que le acusa de "producir documentación no auténtica" y de estafa.
Asegura la mujer, Déborah Torres, que en su día firmó un acta de matrimonio en régimen mancomunado y que, al rubricar el divorcio, el futbolista presentó un documento según el cual se habían unido en separación de bienes. Le pide una indemnización superior al millón de euros. Así, podría ser que, al final, el dinero que le llegue de A Coruña acabe en el bolso de Déborah.
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