Barricada, por la memoria
El grupo de rock llena el teatro Lara en un concierto y charla contra el olvido
Momentazo. Enrique Villareal, El Drogas, se planta en el centro del escenario del teatro Lara con una maleta de viaje. De cara curtida en el rock, aros en las orejas, pañuelo pirata en la cabeza y deportivas, el cantante de Barricada abre la bolsa y saca, uno a uno, 24 de los más de ochenta libros que se ha leído estos tres últimos años.
Todos son sobre la Guerra Civil y los represaliados por la dictadura franquista. Mi mamá me mima, de Luis Otero; 13 rosas rojas, de Carlos Fonseca; Desde la noche y la niebla, de Juana Doña... A sus 50 años, El Drogas no ha sido mucho de leer. Lo suyo siempre ha sido el rock callejero, las giras y los decibelios. Hasta que "por casualidad" cayó en sus manos La voz dormida, el libro de Dulce Chacón. "Para nosotros ha sido una frustración saber con 50 años las cosas tan terribles que ocurrían a pocos metros de nuestras puertas de casa", decía ayer El Drogas. "Nos hemos enterado tarde pero ahora no hay quien nos calle".
"Nos hemos enterado tarde de la represión, pero ahora no nos callan"
Entre el público, Almudena Grandes o el músico Tonino Carotone
Todos esos libros que ayer ponía sobre las tablas y las más de 100 entrevistas que hizo El Drogas a los represaliados por el franquismo ("se me caía la lagrimita y todo") ha llevado al grupo navarro a una nueva etapa en su carrera. Primero fue un disco-libro La tierra está sorda, de 200 páginas y 18 canciones sobre las víctimas de la dictadura. También han dado conferencias musicales en colegios; han hecho un miniconcierto en el cementerio de la Almudena frente al monumento de las 13 Rosas... Y anoche montaron una emocionante charla-concierto en el teatro Lara en recuerdo a las víctimas de la Guerra Civil y en apoyo a la Plataforma contra la Impunidad del Franquismo, creada hace unos meses tras el encierro a favor del juez Garzón.
En frente Barricada tenía anoche un teatro repleto (400 personas) de todas las edades. Entre el público, la escritora Almudena Grandes o el músico Tonino Carotone, que también aplaudieron a rabiar canciones como Pétalos (sobre las 13 rosas), Sotanas (sobre la terrible implicación de la Iglesia Católica española "en lo que ellos llamaban cruzada") o Matilde Landa (la mujer que se suicidó antes de ser obligada a bautizarse como exhibición del bando nacional).
Así hasta dos horas de conmovedoras canciones en acústico intercaladas con las explicaciones de El Drogas y la participación del público. Como la de Julián Rebollo, de 68 años, que aunque poco había escuchado a Barricada ayer estaba exultante. "Tengo un familiar que murió en un campo de concentración alemán", dijo. "Y el Gobierno alemán nos informó hace 30 años de su muerte. Muchos familiares asesinados de la Guerra Civil española todavía no saben nada de ellos".
Se están muriendo los supervivientes de la guerra y lo que propone Barricada es que es necesario que los escuchemos. Sobre todo para que quede claro quién se sublevó contra un Gobierno legítimo y evitar que nuestra historia, repleta de atrocidades, no se repita. Ese es el discurso que repite el líder de Barricada.
Barricada, que volverá al formato eléctrico tras el concierto de anoche, no cobró nada ayer. Los beneficios -"tras pagar el 40% al teatro y el 10% a la SGAE. Habremos sacado unos mil euros", explicaba ayer Belén Guerra, integrante de la plataforma y hermana de Pedro Guerra- servirán para pagar las actividades que la Plataforma ya organiza (todos los jueves se manifiestan en la Puerta del Sol en plan Madres de Mayo) y que tienen pensadas para los próximos meses: anuncios en televisión y una manifestación nocturna por la Castellana.
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