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Un cuento árabe y millonario

El empresario que ofrecía trabajo en Dubai no tuvo tiempo de ejecutar la estafa

Un trabajo fácil, por unos meses, en un país inmensamente rico, con todos los gastos pagados y un sueldo millonario que ningún albañil pudiera soñar, ni siquiera en los buenos tiempos. El empleo que prometía en Dubai (Emiratos Árabes) el empresario onubense José Manuel Garrido, con fotos de rascacielos como evidencia, consistía en colocar ventanas en edificios de 90 pisos por 600 euros al día, es decir, 3.600 a la semana, con descanso dominical.

Hace dos semanas, la oferta llevó a cientos de personas de toda España a actualizar su currículo rápidamente, coger el coche o el autobús, y acercarse a la localidad de Punta Umbría (Huelva, 14.000 habitantes) donde el supuesto mediador con Emiratos recogía las solicitudes. Los requisitos eran sencillos: no pesar más de 90 kilos y no medir menos de 1,75 metros. El test psicotécnico, por decirlo de alguno forma, excesivamente fácil: contar un sueño, enumerar cinco virtudes o describir la palabra protocolo.

"Es fabulador, cuentista, vendedor de humo", dice un investigador

El tercer día de pruebas, miércoles 12, la noticia de El Dorado laboral había llegado hasta Bilbao, Asturias o Galicia. Algunos recorrieron más de 1.000 kilómetros para encontrarse con que la oferta era falsa. Puro humo. La embajada de España en Emiratos avisó de que allí solía contratarse a inmigrantes de Pakistán o Bangladesh por menos de 300 euros al mes. El modus operandi consistía, según fuentes del caso, en llamar al mayor número de personas posible, tras el paripé de la selección, pedirles dinero por algún trámite -como un certificado médico o el permiso de trabajo- y bien, contar después que se había truncado el proyecto o, incluso, enviarles a Emiratos. Allí no encontrarían nada, pero él ya se habría esfumado o, de seguir en Punta Umbría, se disculparía con que las cosas, por la crisis, habían cambiado.

Garrido cuenta con antecedentes policiales por estafa, fraude, falsificación de moneda y blanqueo de capitales, entre otros. Las fuentes lo tildan de "fabulador, cuentista, vendedor de humo", pero reconocen que, debido a la rápida intervención policial, no existen demasiadas pruebas.

El timo, en sí, no se llegó a producir. "Pero el ánimo era de una gran estafa que llevaba urdiendo durante meses en la que no le acompañaba mucha gente", sostiene la investigación. En la sociedad que registró para llevar a cabo el supuesto engaño, Abu Dabhi Dubai Investements, SL, figuraba al menos una persona más, española, pero no se ha concluido si la utilizó o era coparticipe.

Los colaboradores más directos -un constructor y el dueño de la tienda Electrofruit, donde se recogieron las solicitudes- eran, a su vez, víctimas. También se creyeron el cuento. La noticia se extendió como la pólvora desde que el viernes 7 de mayo, en un chiringuito, el intermediario con "los árabes" anunció la oferta. A bombo y platillo. El boca a boca y el drama actual de un gran número de desempleados, hicieron el resto. "Esta me saca de pobre", era la frase más repetida. Las colas se alargaban por minutos. Cuentan que allí, en aquellas tierras, hay muchísimo dinero, más de lo que podemos imaginar", se escuchaba decir. Llegaba gente de Sevilla, Jaén, Cádiz, Extremadura, Madrid...

"¿Y qué le digo yo ahora a mis hijas?", lamentaba un desempleado de Oviedo tras descubrir la falacia. Garrido dijo en varias entrevistas que el trabajo era cierto (en concreto, 2.000 puestos) y lo repitió ante la juez cuando, el sábado 15 de mayo, declaró en la Audiencia. Su abogada, María José Marfil Lillo, informó en un comunicado que no había "absolutamente nada" en contra de su cliente. El pasado lunes Garrido quedó en libertad con cargos. Está acusado de un delito continuado contra el derecho de los trabajadores, en concreto el de "recluta de personas ofreciendo empleo o condiciones de trabajo engañosas o falsas", y de estafa en grado de tentativa.

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