Bestiario convierte en arte los 60.000 registros del Árbol de la Diversidad
El colombiano Santiago Ortiz desarrolla interfaces para el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona - "La investigación genética y el descubrimiento del ADN han revolucionado los sistemas de catalogación"
"Una base de datos es como un libro, admite múltiples miradas. Una sola representación se queda corta. Los datos tienen estructuras fascinantes, son ellos mismos los que acaban señalando la estética de su visualización". Lo afirma el artista y programador colombiano Santiago Ortiz (Bogotá, 1975), fundador, junto con José Aguirre y Andrés Ortiz, de Bestiario, una empresa que proporciona soluciones artísticas al ámbito de la cultura, la ciencia y la empresa.
Sus últimos trabajos, el Mapa y el Árbol de la Biodiversidad, convierten la visualización de datos en una de las bellas artes. Ambos proyectos se nutren de los 60.000 registros, reunidos en 150 años de historia y de expediciones que conforman la base de datos del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona.
"El reto fue articular una interfaz que tuviese en consideración la peculiaridad de unas muestras que, al otorgar siempre nuevos datos, modifican la visión de conjunto. Y también crear una herramienta fácil e intuitiva, con diversas capas, capaces de interesar a expertos y aficionados", indica Ortiz.
Taxonomía de la vida
El Mapa de la Biodiversidad tiene dos ejes: la interfaz geográfica, que recorre el mundo con la información de sus hallazgos, y la interfaz que visualiza las interrelaciones entre todos los datos. "Gracias a Linneo tuvimos una taxonomía clara de cómo se organiza la vida. Antes se hacía a través de los rasgos visibles, pero la investigación genética y el descubrimiento del ADN han revolucionado los sistemas de catalogación", afirma Ortiz, que en el Árbol de la Biodiversidad pone de manifiesto la relevancia que cobran los cruces entre bacterias a partir de la mitad del siglo XX.
El resultado final es una taxonomía de ocho niveles (representados por categorías jerárquicas, como reino, clase, orden, etcétera) que permite navegar hacia los lados y hacia dentro, sin perder información al pasar de un nivel al otro.
En su trabajo priman los conceptos de legibilidad y claridad. "Rara vez introducimos elementos ornamentales o decorativos. Tan sólo hay una escala de colores que se encarga de plasmar la idea de la profundidad y cantidad. La visualización de la información debe ser eficaz, pero también hay que proporcionar al público imágenes agradables tanto fijas como en movimiento", explica el programador colombiano.
Bestiario, que se fundó hace cuatro años, cuenta con siete programadores más los tres fundadores. El estudio tiene la característica peculiar de establecer un flujo bidireccional entre la actividad comercial y artística de sus miembros. "Obras pensadas para Internet o centros de arte terminan como trabajos comerciales de encargo", explica Ortiz. "En otras ocasiones, soluciones para empresas sirven para desarrollar obras artísticas".
Bestiario ha participado en exposiciones del MediaLabad madrileño, el MEIAC de Badajoz y la feria de arte Arco de la capital de España.
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