"Danays va a pelear"
Los médicos reimplantan el brazo de la guitarrista ciega que cayó al metro - "¿Nadie pudo ayudarla antes de caer?", se pregunta la esposa de la víctima
Danays Bautista despertó un poco de la pesadilla. Ayer por la tarde estaba semiinconsciente en la UVI del hospital Gregorio Marañón. Su esposa, María Victoria Armenteros, le cogió de la mano. Y ella se la apretó. "No habla porque está toda intubada, pero me reconoce, sabe quién soy", cuenta María Victoria, a la que todos llaman Vicky. Danays, guitarrista ciega cubana de 37 años, bajó el lunes a la estación de Nueva Numancia (línea 1). Tenía una cita con su mujer en Puerta de Toledo para tramitar su DNI, el primero tras convertirse en española después de casarse. Pero nunca llegó. Se cayó entre dos vagones en la estación. El tren arrancó y circuló unos metros hasta que un viajero activó el freno de emergencia. En ese recorrido, el convoy le cortó el brazo izquierdo y le provocó un traumatismo torácico. La extremidad quedó amputada, según informó el SAMUR en un primer momento. En cambio, los médicos han dicho a Vicky que una pequeña parte del brazo quedó unida al cuerpo.
Uno de los viajeros que ayudó a sacar a Danays del tren fue a verla al hospital
La artista herida bajaba a ensayar al metro de vez en cuando
Ella y sus amigos han pasado las últimas 24 horas en el hospital, pendientes de una intervención quirúrgica de reconstrucción del brazo que acabó bien pero con interrogantes. "Los médicos han hecho un buen trabajo, ahora toca esperar", dice Vicky. Según el parte hospitalario difundido ayer, la paciente estaba estable y con ventilación mecánica tras el "laborioso procedimiento quirúrgico" de reimplantarle el brazo. Ayer seguía "pendiente de evolución". Nadie responde de momento si la artista podrá volver a tocar la guitarra.
"Aún no sabemos qué va a pasar con su brazo, supongo que le quedará mal, pero ella va a pelear. Vive de sus manos", cuenta Vicky. Sigue muy preocupada. Y muy extrañada con lo ocurrido. "Danays controla perfectamente el metro, se sabe todas las paradas de memoria, los escalones. Es todo muy raro, ¿nadie pudo ayudarla antes de que cayera? No tenía que haber pasado", lamenta. Si Danays Bautista no hubiera caído al tren, mañana actuaría en un concierto que sus amigas quieren mantener como homenaje.Para mañana jueves, a las 22.00, Danays y su grupo tenían una actuación en la asociación cultural Yemayá. Ella no podrá estar, pero la cita sigue en pie y el resto del grupo se subirá al escenario. Primero, como homenaje a la guitarrista herida. Y también para recaudar fondos que sufraguen el billete de avión a su madre, que vive en Cuba con la única hermana de Danays, menor que ella. "Vamos a hacer todo lo posible para traer a su mamá", asegura Vicky. La madre supo por los medios de comunicación lo que le había ocurrido a su hija. "Yo hablé con ella para decirle que está estable, no le conté demasiadas cosas porque no quiero preocuparla más", cuenta la esposa.
Ahora Vicky recuerda las primeras 24 horas en los pasillos del hospital, la zozobra, el miedo, la espera. Y las visitas. Muchas. Se acercaron amigos, muchos de ellos músicos, los que han compartido los últimos casi dos años de la vida de la compositora en Madrid. Todo un reguero de gente que, según Vicky, sirve como ejemplo para describir cómo es la guitarrista herida. "Es un ser muy especial, no se puede ni explicar. Tan maravillosa que ayer [por el lunes] no paró de venir gente a verla", señala.
Entre las visitas, hubo una que no esperaba, de una persona cuyo nombre ni siquiera recuerda. Acudió para interesarse por la enferma y permaneció en el hospital poco tiempo. Contó que era uno de los hombres que ayudó a Danays a salir del hueco del tren. Ella fue una de las últimas viajeras, en un andén en el que apenas había 50 personas, que intentó acceder al tren. Esperaba apoyada en la pared hasta que llegó el convoy. Se adelantó unos pasos y aguardó. Luego cayó a la vía por el espacio entre dos vagones, en una maniobra que Metro considera un "triste accidente" que no se pudo evitar y que sus amigos aún no se explican.
Cuando el tren se puso en marcha, un viajero que vio a Danays en el hueco tiró de la alarma y lo paró. El primer vagón ya estaba en el túnel. El conductor bajó para avisar al puesto de mando y al SAMUR. Y, en medio de esa operación, varios viajeros salieron por las puertas de acople (las que hay situadas entre los vagones) para intentar rescatar a Danays. Uno de ellos le contó lo ocurrido a los amigos de la guitarrista.
"Estaba muy afectado, decía que nunca había visto nada igual, todo estaba lleno de sangre y ella gritaba: '¡Llamen a mi mamá!". Vicky se para tras esta frase. Se imagina, dice, cómo debió haberlo pasado su mujer "ahí metida en ese hueco, con ese dolor tan grande...".
Y otra vez le da vueltas: "¡Cómo le pudo ocurrir, si se sabe el metro de memoria!". Asegura que Danays es tremendamente inteligente, "como una enciclopedia". Habla inglés fluido y compone sus propios temas. Antes del accidente pasaba los días ensayando con unos y con otros, a veces en locales y otras en el metro. Una de esas actuaciones, en la estación de Bilbao, circula por Internet como un vídeo musical en el que salen trenes, vagones, pasillos. "Bajaba al metro de vez en cuando, sobre todo al principio de llegar, es un buen sitio para ensayar", explica Vicky. De origen cubano y también música (es percusionista) se gana la vida con trabajos en hostelería. Danays sólo se dedica a la música, lo mismo que lleva haciendo desde que ambas se conocieron en el conservatorio de La Habana. Es de lo que ha vivido todos estos años, lo que le permitió venir a España con una carta de invitación. "Su currículo es impresionante, ha tocado con los mejores, tiene composiciones propias", añade.
Danays sigue semiinconsciente en la UVI con el cuerpo lleno de tubos. Le administran las visitas de forma espaciada. Y Vicky, cuando entra, le agarra el brazo, le recuerda que está allí, charla con ella de cosas bonitas. "Yo le hablo, le hablo mucho, no quiero que se sienta sola ni un solo momento", concluye.
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