Construir el telescopio gigante, próximo reto para la astronomía
El futuro observatorio revolucionará el conocimiento sobre el universo
En los últimos meses hemos asistido a una cascada de noticias y declaraciones acerca de la selección del lugar para construir el futuro Telescopio Europeo Extremadamente Grande (E-ELT). Es un telescopio óptico e infrarrojo de 42 metros de apertura que revolucionará nuestro conocimiento del universo. Forma parte del programa del ESO (Organización Europea para la Investigación Astronómica en el Hemisferio Austral) fundada en 1962 y a la que España se adhirió en 2006.
No es lo mismo buscar un sitio para el E-ELT que para un sincrotrón, aunque ambos son grandes instalaciones imprescindibles para el futuro científico de Europa. En primer lugar, solo unos pocos lugares en el mundo poseen una calidad atmosférica competitiva para albergar un telescopio de estas características. Este hecho, muy poco relacionado con la calidad científica técnica de un país, ha agraciado muy especialmente a Chile (el país con más observatorios astronómicos profesionales), a Hawai y también a las cumbres de La Palma.
Ya existen algunas de las infraestructuras de apoyo en Europa y en Chile
Por otro lado, el E-ELT forma parte del programa del ESO, que lleva cuatro décadas construyendo telescopios y operándolos en suelo chileno, entre ellos el VLT (conjunto de cuatro telescopios de 8,2 metros cada uno) en Cerro Paranal y ALMA. Este último es una batería de 66 radioantenas móviles para la observación en banda milimétrica y submilimétrica en el llano de Chajnantor, en el que participan países de Norteamérica y del este de Asia. Para el E-ELT no hay que inventar un organismo internacional, ni tampoco es imprescindible construir algunas de las infraestructuras de apoyo, que ya existen en Europa y en Chile. Y desde luego tampoco hay que improvisar el marco de entendimiento entre países, que lleva décadas funcionando.
El ESO comenzó a diseñar el E-ELT en 2007, para definir su ubicación en la primera mitad de 2010 y presentar una propuesta de construcción a finales de 2010. Este calendario era bien conocido por los miembros del ESO (14 Estados europeos, 13 de ellos de la UE), por lo que algunos comentarios en la prensa chilena otorgando a unas acciones diplomáticas de última hora influencias sobre este calendario o sobre la decisión son simplemente ridículos. El ESO encargó a un comité externo un informe técnico sobre las posibles ubicaciones del E-ELT.
Los finalistas, la primerísima división por calidad astronómica, fueron cinco cerros en Chile más el Roque de los Muchachos (La Palma). La recomendación de este comité se hizo pública en marzo: ir a Cerro Armazones (Chile), por su mejor calidad para la observación astronómica y por las sinergias, al poner el E-ELT a tan solo 20 kilómetros de Cerro Paranal, donde el ESO no sólo opera el VLT y el interferómetro VLTI, sino que posee una infraestructura que podrá ser usada por el nuevo telescopio gigante. Esto representa un ahorro significativo en el coste que los Estados miembros del ESO debemos aportar anualmente para operar los telescopios.
España manifestó formalmente a los demás Estados del ESO hace tiempo que estaba dispuesta a apoyar financieramente la construcción del E-ELT si se hacía en La Palma. Hay que aclarar que no era un concurso para que los Gobiernos pujaran; el ESO iba a decidir para qué lugar diseñaría el telescopio que quiere construir después. Las negociaciones empezarían una vez seleccionada la ubicación. Aun así, España puso sobre la mesa una oferta sólida con un apoyo muy importante a las finanzas del proyecto.
El Consejo de los 14 Estados del ESO decidió, el 26 de abril, adoptar Cerro Armazones como ubicación de referencia para el E-ELT. Obviamente queda pendiente buscar una solución financiera viable para el proyecto, que los miembros del ESO deberemos abordar conjuntamente, ahora sin la oferta española.
A la vista de las razones que han sustentado la decisión, nada podía hacerse para revertirla. No se podían modificar aquellos parámetros atmosféricos donde el Observatorio del Roque de los Muchachos, siendo reconocido como excelente por todos los informes, no era tan bueno como Armazones; aunque sí se subrayaron aquellos en los que es mejor (que los hay). Tampoco se podían borrar del mapa las infraestructuras (talleres, residencias, equipamientos) que posee el ESO en Paranal y que nos permitirán operar el E-ELT en Armazones junto con los VLT. Ni más financiación ni más presión diplomática hubieran conseguido modificar la decisión. Son, por tanto, sorprendentes algunas declaraciones públicas en las que, en busca de culpables, se han lanzado acusaciones que simplemente no encajan.
España, como miembro del ESO, tendrá el mismo acceso al E-ELT en Chile que de haberse ubicado en La Palma. El telescopio y sus instrumentos se harán en Europa y esto representará cerca del 90% de los 1.000 millones de euros que costará. La industria española está muy bien preparada para participar en la fabricación de componentes importantes y tecnológicamente relevantes del E-ELT. Nuestros socios europeos esperan también que los centros españoles participen en el desarrollo de la instrumentación puntera que analizará la luz recogida por el E-ELT. La obra civil y los servicios básicos para la construcción y operación se contratarán en Chile, siendo esta la principal pérdida para España al no albergar la isla de La Palma el E-ELT.
La decisión de ubicar el E-ELT en Cerro Armazones no cuestiona en absoluto la excelencia del Observatorio del Roque de los Muchachos. Tenemos allí el mayor telescopio del mundo en la actualidad, el Gran Telescopio Canarias, que confiamos en que alcance pronto su velocidad de crucero. Junto a este, el reto de la astronomía española es ahora continuar con la fructífera explotación de los telescopios del ESO (en particular el VLT), prepararnos para la primera ciencia que saldrá de ALMA y contribuir a que el E-ELT sea una realidad.
Xavier Barcons es astrónomo, profesor de Investigación del CSIC y delegado de España en el ESO.
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