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Reportaje:

Aviones, vacas y lencería

La Feria de Burdeos resiste la crisis con menos expositores - La organización espera superar los 300.000 visitantes

Autocaravanas, quesos, una muestra que incluye aviones de la Segunda Guerra Mundial, vacas, lencería sexy,... La lista podría ocupar todo este artículo y se quedaría corta, porque los 80.000 metros cuadrados de la Feria de Burdeos, la mayor del suroeste francés, tiene ofertas para todos los gustos y bolsillos. Aunque la crisis ha reducido su número de expositores de 2.500 a 2.300 en un año, los organizadores consideran que podrán superar los 300.000 visitantes de la pasada edición, de los que 5.000 eran residentes en Euskadi. El evento abrió sus puertas el día 8 y concluye hoy. Los españoles pueden entrar gratis.

"La gente sabe lo que va a encontrar aquí y espera a que llegue la feria para hacer sus compras", explica la directora adjunta de la feria, Joelle Loiret. "Tal vez este año consuman de una forma más razonada y sean menos impulsivos, pero esperamos que al menos la mitad de los visitantes realice alguna compra", añade. Cada metro cuadrado de pabellón cuesta a los expositores una media de entre 100 y 130 euros. "Esperamos que multipliquen por cinco su inversión", abunda Loiret.

La cita comercial, que concluye hoy, es la mayor del suroeste francés

Hassan, un comerciante de artesanías marroquí, considera que le resultará difícil amortizar los 5.000 euros que ha pagado por el espacio. "El año pasado vendía 60 pufs todos los días; este hay sequía", relata mientras intenta que el periodista no se vaya con las manos vacías ofreciéndole una sustancial rebaja.

Sectores como el del mueble, con una demanda proporcional a la marcha de un mercado inmobiliario en caída libre, atraviesan una mala racha, reconoce Loiret. "La feria refleja el estado de la economía. Muchos expositores han desaparecido con la crisis".

Un concesionario de autocaravanas suele vender unos 60 vehículos durante esta muestra. Otros comerciantes y profesionales acuden a Burdeos para establecer contactos de cara al futuro o por razones de prestigio.

Rentabilidad al margen, la mastodóntica cita comercial parece tener vida propia. Su 89ª edición se ha dividido en cuatro zonas, llamadas Vida y Hogar, Emociones y Tiempo Libre, El Salón de la Agricultura y El Pabellón Internacional. Coincidiendo con el centenario de la aviación en la región de Aquitania, la exposición A la conquista del cielo permite ver aviones tan conocidos como el Mirage francés o el Polikarpov Po-2 soviético de la Segunda Guerra Mundial.

La cita refleja también en su programación que Rusia es el invitado estelar de la temporada cultural en Francia. Una muestra que incluye una escenografía que evoca los tiempos de los zares, con decorados creados para la ocasión por la Ópera de Burdeos, recorre la historia del país más extenso del mundo a través de su literatura, su ballet y su música. San Petersburgo, ciudad hermanada con Burdeos, cuenta con un lugar especial.

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