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Entrevista:SEBASTIAN VETTEL | Piloto de Red Bull | MUNDIAL DE F-1 | Gran Premio de Mónaco

"Sólo soy un chico de 22 años al que le encanta la velocidad"

Oriol Puigdemont

Sebastian Vettel (Heppenheim, Alemania; 1987), sólo tiene pinta de piloto de fórmula 1 cuando está metido en su Red Bull. Cada vez que sale a la pista y baja la visera de su casco, este joven de 22 años demuestra por qué se le brindan los mismos honores que a Michael Schumacher, Fernando Alonso, Lewis Hamilton y Jenson Button, los cuatro campeones mundiales con los que comparte la parrill. El miércoles, a su llegada al paddock del puerto de Montecarlo, compareció ante los periodistas en inglés, luego en alemán y después invitó a este periodista a tomar un café en la abrumadora carpa de su equipo, un tinglado de más de 3.000 metros cuadrados divididos en dos plantas, con varias terrazas y una piscina. Es tan grande que la escudería decidió no instalarlo en Montmeló por falta de tiempo y lo trasladó directamente a Mónaco.

"Es normal que se rompan cosas. Ferrari no tenía problemas y ha roto dos motores"
"Red Bull es mucho más que Adrian Newey, aunque él es muy importante"
"Schumacher ha sido mi ídolo. Le conocí con ocho años y sigo hablando con él"
"Tengo una buena relación con Ecclestone, pero mi futuro lo decido yo"
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Pregunta. Su coche ha tenido varios problemas mecánicos. En Australia y España fueron los frenos y en Bahrein una bujía. ¿Preferiría que ganara fiabilidad aunque perdiera velocidad?

Respuesta. Uno nunca quiere que su coche sea más lento, ni siquiera para ganar fiabilidad, a menos que se rompa por todas partes y sea un desastre, que no es el caso del Red Bull. Ha habido algunas circunstancias que me han frenado, que han impedido que sume más puntos, pero siempre han sido problemas relativamente pequeños, nada dramático. Lo que pasa es que hay ocasiones en que las cosas más insignificantes tienen consecuencias enormes. En cualquier caso, uno de nuestros puntos fuertes es lo rápido que es nuestro coche.

P. Por las cosas que le ocurren, los hay que ven en usted al nuevo Nigel Mansell.

R. Mansell ganó un título [1992] y la gente le recuerda como un piloto muy rápido, aunque a veces pudiera parecer que no tenía suerte. Cada uno tiene su estilo y, además, yo no tengo bigote. No soy como él. Es más, no me asusta que en las próximas carreras pueda tener más problemas mecánicos. La F-1 es una disciplina muy técnica y a veces ocurren estas cosas. Hasta ahora, siempre me han sabido explicar qué ha pasado, se ha localizado el fallo y hemos seguido adelante.

P. ¿Es descabellado pensar que Adrian Newey, el diseñador, se ha arriesgado demasiado?

R. El principal objetivo del coche es ir lo más rápido posible. El nivel de competitividad es muy alto y tienes que exigirte el máximo, pero también al bólido. Hay que ir al límite. A veces puedes cometer errores. Es normal que haya cosas que se rompan. No sólo ha pasado en nuestro equipo. En muchos años, Ferrari no había tenido problemas con sus motores y Fernando ya ha roto dos.

P. ¿Cómo funciona el equipo?

R. Adrian es el jefe de los diseñadores. Pero la información de los pilotos es muy importante para él. No es que Mark y yo digamos: "El alerón delantero no nos gusta, hay que cambiarlo". Nosotros le decimos cómo funciona en la pista, cómo lo sentimos, y él trata de entendernos. Estamos obligados a ponernos de acuerdo para mejorar el monoplaza y localizar los problemas. La relación con él es como con cualquiera del equipo. Adrian es muy inteligente, aunque también es verdad que a veces no es fácil de manejar.

P. ¿En qué sentido? ¿Cómo es?

R. Es muy sencillo: Adrian es un piloto. Le encantan las carreras y quiere ser el mejor. Tiene tantas ganas como yo de ganar el Mundial. Es un perfeccionista. Trata de hacerlo cada vez mejor, mejor y mejor. También es consciente de que estas cosas sólo se consiguen paso a paso. Y hay veces que es posible y otras que no.

P. ¿Cómo es el proceso de desarrollo del coche?

R. Newey es el jefe y él lo es del diseño aerodinámico. Cuando a alguien le surge una idea, introduce las variables en el ordenador para saber si es posible, si es legal, si hay tiempo... Se trata de conseguir que el coche sea cada vez más rápido. Si lo piensas, tampoco es tan difícil. Nosotros nos bajamos del coche y le decimos: "Tiende a irse de la parte del morro [subvira] o se va de atrás [sobrevira]". Entonces, Adrian trata de entender por qué ocurre. Una vez que lo detecta, hay que remediarlo con alguna solución que luego hay que probar en el túnel de viento. Red Bull es mucho más que Adrian Newey, aunque es verdad que él es muy importante para nosotros.

P. ¿Qué importancia ha tenido Schumacher en su carrera?

R. Michael ha sido mi ídolo de la misma forma que en España habrá mucha gente que ahora quiera parecerse a Fernando. Yo me fijé en él. Le conocí pronto, cuando tenía ocho o nueve años, y siempre ha sido muy honrado y abierto conmigo.

P. ¿Sigue buscándole ahora que se han convertido en adversarios?

R. Por supuesto. No es de esos que dicen: "Como corro contra ti, ya no te digo nada".

P. ¿De qué hablaron la última vez?

R. Hablamos un buen rato al volver de China sobre nuestros coches y de más cosas. Michael tiene mucha experiencia y conoce muy bien la parte técnica. Es bueno hablar con alguien de fuera del equipo y que tiene tanto conocimiento de las carreras.

P. Muchos pilotos reconocen que uno de sus sueños es acabar en Ferrari. ¿Comparte ese deseo?

R. Yo estoy encantado en Red Bull. No quiero irme a ningún sitio. En el futuro, no lo sé. Quiero luchar por el Mundial, y si miras al pasado, Ferrari siempre ha diseñado coches muy competitivos. ¿Por qué no ir allí en unos años? Ferrari es distinto a cualquier equipo, es un mito. Hay otras marcas que acumulan grandes éxitos, pero Ferrari es especial.

P. ¿Por qué cree que Bernie Ecclestone quiere verle de rojo?

R. No creo que eso sea verdad. Tengo una buena relación con él, pero, afortunadamente, mi futuro lo decido yo.

P. ¿Esperaba usted que su coche diera un paso adelante tan importante cómo el que demostró la semana pasada en Montmeló?

R. Esa fue la primera carrera en Europa. La mayor parte de los equipos introdujeron elementos nuevos. Lo más importante era dar un salto. Nunca sabes lo grande que será tu progresión hasta que ves la de los demás. Sólo esperas que tu evolución sea suficiente para mantener tu posición y luego tratar de progresar. Lo que ocurrió en Barcelona fue una carrera puntual en un circuito específico. Las cosas pueden cambiar mucho en función del tipo de pista, de las circunstancias meteorológicas... Fue muy positivo, pero la verdad es que la diferencia a nuestro favor nos sorprendió tanto como a los demás.

P. Pero dicen los expertos que si un monoplaza va bien en Montmeló lo hará en la mayoría de los circuitos.

R. Es verdad, porque es un trazado que habitualmente se toma como referencia. De cualquier forma, ya tenía mucha confianza en este coche antes.

P. Usted está considerado uno de los diamantes de la F-1 y, pese a su juventud, da la impresión de manejar la fama y el éxito con una humildad sorprendente.

R. Es que yo no soy nada cool. Sólo soy un chico de 22 años al que le encanta la velocidad.

Sebastian Vettel, durante un descanso en Montecarlo.
Sebastian Vettel, durante un descanso en Montecarlo.AFP

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