El acuerdo fallido en educación
Admiro la paciencia, la generosidad y la educación del ministro de Educación. Un año intentando el consenso con la señora Cospedal y, al final... ¿para nada? Yo afirmaría que para poner a cada cual en su sitio. Tal ha sido la excepcional pedagogía del señor Gabilondo. De entrada, me dije: resulta imposible no llegar a un acuerdo con este hombre avalado por su preparación, exquisita delicadeza y carácter dialogante. Pensé, esta vez, sí. España necesita el acuerdo.
Al final, no ha podido lograrse; es una lástima. De todas formas, la paciencia del señor ministro, educa. Hemos aprendido algo, que no es poco. Quienes no van por la educación, ambicionan el poder a toda costa. Quienes consideran el poder como propiedad suya, nunca se interesaron por la educación. Quienes anteponen la consecución del poder a la educación son los que nunca se han interesado por ella. Le temen como a una vara verde. La ignorancia les da votos. ¿Cuándo dejarán de hacer marketing y se interesarán por la Política? Gracias por su lección, señor Gabilondo. No le quepa duda, la hemos entendido.
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