De Siroco a Las Ventas
Ariel Rot recorre los rincones que marcaron sus más de 30 años de 'rock and roll'
Pide un café con leche, "y sacarina", en el céntrico café Moderno. Y se pone las gafas para ver mejor una revista que muestra en la portada a su adorado Keith Richards en una fotografía de los años setenta. "Guauu, qué pintas, qué maravilla", exclama sobre el pendenciero stone. El argentino Ariel Rot lleva viviendo en Madrid más de la mitad de su vida (cuenta 50 años) y se mueve por las callejuelas de la capital tan cómodamente como se contonea por el escenario con su guitarra.
Tiene nuevo disco, Solo Rot, que presenta el próximo día 27 de mayo en Joy Eslava, y ha convertido el chotis Madrid en un rock milonguero para celebrar el centenario de la Gran Vía madrileña. Lo que sigue es el relato de las historias madrileñas que forjaron a alguien que es reconocido (fundó los grupos de rock Tequila y Los Rodríguez) como uno de los precursores del rock en español.
"Hasta mi primer concierto no me había comido un rosco con las chicas"
"Si no es por el piso de Martínez Campos, no hubiesen existido Los Rodríguez"
"Fui vecino de Siroco un tiempo, cuando aún vivía en plan lobo solitario"
"Me paro en tiendas de ropa, de discos, fruterías... y apunto en una libreta"
- Mi primer concierto con Tequila. "Yo tenía unos 16 años. En realidad fue el primer concierto de mi vida. Fue en 1977 en la Escuela de Ingenieros del Paseo de la Castellana. Tequila éramos los teloneros de Ñu, donde todavía estaba Rosendo Mercado. Se celebró en un aula. Comenzamos con Rock and roll en la plaza del pueblo y la gente, la mayoría estudiantes, se volvió loca. Ahí me di cuenta del poder de seducción de un escenario. En otras palabras: hasta entonces no me había comido un rosco con las chicas, y ese día empecé a tener amplias posibilidades".
- La casa del 'rock and roll'. "Mi hermana [la actriz Cecilia Roth] y yo alquilamos un piso en Martínez Campos, 49 [en el barrio de Chamberí]. Era 1979. Ese piso había sido la peluquería de Rupert, por eso había inmensos espejos. Era un chollo: unos 200 metros cuadrados por muy poco dinero. En aquella casa pasaban muchas cosas. Estaba siempre abierta. A cualquier hora del día o de la noche podía sonar el timbre y siempre se abría la puerta a cualquiera. Hubo muchas fiestas, con directores de cine, actores, músicos... Todavía me encuentro a gente por ahí que me dice: 'Yo estuve en tu piso de Martínez Campos'. Y yo ni me acuerdo. Si no llega a ser por este piso Los Rodríguez no hubiesen existido. Andrés Calamaro y yo teníamos un sitio barato. Allí compusimos todo nuestro primer disco".
- Aquel descampado en Arturo Soria. "Era una zona inhóspita, entre Arturo Soria y José del Hierro. Ahora se levantan unos rascacielos tremendos, pero antes había tres localitos en un gran descampado. Tequila cogimos uno para ensayar. El ambiente era muy hippy. Teníamos un jardincito. Allí se forjó Tequila y preparamos el disco Fiebre de vivir, de Moris. Cerca había un bar, el San Bao, que funcionaba como nuestro cuartel general. Era un bar de barrio, con su terracita y un futbolín. Un día nos robaron en el local. Frecuentábamos malas compañías y casi era una invitación a que nos robaran. Abrieron un agujero en el techo y se llevaron todo, nuestras guitarras de los años sesenta, todo... El valor sería incalculable. Aquello fue un golpe tan duro que funcionó como el detonante para el fin de Tequila".
- De Siroco a Las Ventas. "Los dos primeros conciertos que dimos Los Rodríguez fueron en Siroco, una sala céntrica con capacidad para unas 200 personas que todavía sigue programando bien y con regularidad. La gente fue a vernos como diciendo: 'A ver qué hacen los ex Tequila'. Todavía no se había publicado nuestro primer álbum. Tocamos algunos temas de este disco y versiones de Tequila y Elvis Presley. Más o menos al año tocamos en la plaza de Las Ventas con Manolo Tena. Y fue cuando dijimos aquello de: 'Los Rodríguez, de Siroco a Las Ventas'. Luego fui vecino de la sala Siroco durante algún tiempo, cuando todavía yo vivía en plan lobo solitario".
- Componiendo de paseo por Madrid. "Muchas de mis canciones, como las de mi último disco, las he compuesto paseando por Madrid. Parto de Princesa, donde vivo, voy por Conde Duque, la plaza del Dos de Mayo, Chueca, Hortaleza, Fuencarral, Martín de los Heros... Hago paradas en las tiendas de ropa de Conde Duque, en fruterías, en tiendas de discos como Radio City o Tony Martin. Voy con una libreta apuntando cosas, a veces incluso con el iPhone, que es una auténtica maravilla. El caso es no estar encerrado: me inspira el movimiento, el aire, ver cosas...".
- De 'pic-nic' con los niños en La Bombilla. "Antes vivía por la calle de La Palma, pero cuando llegaron los niños [tiene dos, de siete y cuatro años] me cambié porque las aceras son muy estrechas para pasear el cochecito de los críos y además era un tercero sin ascensor. Vivo cerca de Pintor Rosales. Tengo el Templo de Debod al lado, que es maravilloso. De vez en cuando cogemos las bicis y los patines toda la familia, bajamos al Parque de la Bombilla y organizamos un pic-nic".
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