La crisis se asienta en la eurozona
Las dudas sobre la deuda de algunos países afecta ya a todos los mercados
El Ibex 35 ha caído en esta semana el 13,78% y acumula un descenso del 24,24% en el total del ejercicio. Esta semana es la peor para el mercado español desde octubre de 2008, cuando llegó a caer el 21,20%.
A juzgar por la respuesta de los inversores, la situación de fondo es muy grave y parece exigir respuestas más concretas por parte de los responsables de la UE. Las dudas sobre la solvencia de Grecia, primero, y de otros países periféricos, después, ha terminado por afectar a la credibilidad del eurosistema, provocando la caída del euro e importantes descalabros en los mercados de renta variable y de deuda.
Lo peor de todo es que la incertidumbre está afectando a la globalidad del sistema financiero, todavía no muy repuesto del fenómeno de las hipotecas subprime en Estados Unidos, que acabó contaminando a numerosas entidades financieras en todo el mundo.
El nerviosismo de los inversores está alcanzado cotas muy altas y buena prueba de ello es la receptividad ante todo tipo de rumores, como el de que España había pedido ayuda al FMI, que provocó un aluvión de ventas en la Bolsa. También los operadores trabajan bajo situaciones extremas de tensión que provocan errores, como el del pasado jueves en la Bolsa de Nueva York, que disparó los programas de ventas y que en pocos minutos hizo caer más del 9% al Dow Jones.
En los mercados de deuda también se deja sentir la presión vendedora sobre los bonos de la periferia europea. La deuda española se está viendo afectada por las constantes dudas sobre la capacidad de pago, que se han contagiado desde Grecia. La rentabilidad del bono español a 10 años terminaba esta semana en el 4,60%, con una subida de 0,55 puntos, mientras que la del bund alemán bajaba 0,20 puntos hasta el 2,81%. El bono estadounidense también ha actuado como refugio y su rentabilidad ha bajado en esta semana 0,27 puntos, hasta el 3,40%.
En la Bolsa española, la mayor parte de la presión vendedora se ha concentrado en el sector bancario, tanto por la deuda pública que acumulan en sus carteras, como por la posibilidad, mencionada por las agencias de calificación de riesgo, de que los problemas de emisión de algunos países se trasladen a estas entidades, encareciendo su financiación. Los dos principales valores bancarios españoles, Santander y BBVA, acumulan un descenso anual del 32,44% y del 36,05%, respectivamente, aunque el "castigo" a los valores españoles no se ha limitado a ellos.
Mientras que los inversores aguantaban la tormenta, los indicadores económicos aportaban los primeros signos de mejoría de la economía, con el incremento de la confianza de los consumidores, la subida de la producción industrial en marzo y la salida de la recesión en el primer trimestre, en el que el PIB creció el 0,1%. -
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