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Columna
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'Iron Man', erre que erre

La fusión de las dos cajas de ahorros gallegas, que son el resultado de anteriores fusiones de cajas locales, ya es tema aburrido. Pero no todo va a ser divertido, ya nos hemos divertido todos esos años pasados, hihi-haha, es el momento de ponernos un poco serios. Hace años, antes de divertirnos tanto, la situación y las reivindicaciones de los trabajadores, de los campesinos, ocupaban espacio en los medios de comunicación y en nuestras preocupaciones. Ahora, celebrar ese Primero de Mayo aparece como una extravagancia. Nos hemos despistado y no sabemos cuál es la realidad ni sabemos ya exactamente qué somos. ¿Trabajadores, ciudadanos, consumidores, pijos, automovilistas...?

Quienes han dirigido nuestras dos cajas de ahorros también han perdido en estos años mareantes el sentido de la realidad. Pero la realidad está aquí para todos, incluso para ellos. Y si ellos no comprenden que nosotros, los ahorradores y la ciudadanía gallega, somos su realidad, deberemos recordárselo por todos los medios. Seguramente en ese mundo pijo de finanzas mágicas siguen planeando alquimias financieras: pacto con éste, me fusiono con aquél, vendo esta pierna de la caja, me compran este brazo... Sueñan con vender lo nuestro. Señores directivos que se sientan en la mesa de negociación: las dos cajas que presiden y dirigen son nuestras. Y necesitamos esa caja resultante de la fusión. Fueron malos gestores, incluso pésimos en algún caso; en vez de comportarse como gestores de cajas de ahorros pegadas al territorio, han jugado a ser banqueros del ladrillo. Merecen un suspenso y merecen la jubilación. Y ahora están ustedes vendiendo pedazos de lo nuestro: R es una empresa muy valiosa e interesante, era una empresa gallega y ahora está dejando de serlo. Sigue exactamente el mismo camino que siguió antes Fenosa.El cuerpo de la ciudadanía gallega no comprenderá, y no debe tolerar, otra salida a esa negociación que el éxito. Y en seguida, para que no sigan ustedes vendiendo pedazos.

Es obsceno que el presidente de Caixanova se vista de superhéroe de historieta para romper el acuerdo
Pachi Vázquez ha mostrado esta semana que sabe ser oposición responsable, lo contrario del PP en España

El nefasto duelo entre coruñesismo y viguismo de hace unas semanas es pasado envejecido, a nadie nos importa ya. No se trata de quién gana, es natural que si Caixanova cree que tiene una situación más saneada -o, más exactamente, el agujero de menor tamaño- pretenda mayor representación en la dirección de la nueva caja. Pero es inaceptable, y obsceno, que su presidente se vista de superhéroe de historieta, como si fuese un hombre de hierro, un Iron Man bastante oxidado, para romper el acuerdo. Parece que ese señor, junto con el alcalde de Vigo, que prepara las próximas elecciones, está atrapado en un pleito localista con sus rivales del lobby herculino y no comprenden que los demás ya hemos salido de eso hace tiempo. No comprenden que la sociedad gallega va a castigar duramente a quien traicione nuestros intereses. Hay jugadores que, obsesionados con las cartas, no levantan la vista de la partida y no son capaces de ver a su alrededor, de comprender que el techo se les puede caer encima o el suelo se agrieta bajo sus pies.

Y ésta batalla es la de todos, no la pretensión particular de Núñez Feijóo. El presidente de la Xunta jugó y juega un papel decisivo en ella. Lo hizo mejor o peor, pero era su deber jugarla. Y el BNG hizo lo correcto apoyándolo. Y todos los sindicatos. Y no hicieron bien los socialistas apartándose hasta ahora: fue un error incomprensible desde la perspectiva de Galicia. Seguro que hay otras lógicas que expliquen que hay que fortalecer la caja que preside Rato, gran hueco también que hay que llenar, pero no van por ahí nuestros intereses. Sea por lo que sea, los socialistas gallegos se han visto, una vez más, atrapados en su contradicción: siguen sin constituirse en el partido socialista de Galicia. Eso se paga, somos los electores quienes se lo cobramos. Pero esta semana su secretario, Pachi Vázquez, ha hecho un gesto claro y necesario para resituarse: ha ofrecido su apoyo incondicional al presidente de la Xunta para conseguir la fusión.

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Con ese gesto inequívoco ha conseguido recuperar en parte lo que había perdido. Los socialistas demuestran ser una oposición constructiva, lo contrario de lo que hace el PP en España y lo que hizo Feijóo cuando estaba en la oposición (como lo ha seguido haciendo en la Xunta, dividiendo a la sociedad al atacar el corazón compartido, la lengua gallega). Pachi Vázquez ha demostrado esta semana que sabe ser oposición responsable. Y lo más necesario: que defiende los intereses de Galicia como país. Non era sen tempo.

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