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Reportaje:BANDA SONORA

De profesión, 'dj' de bodas

Las canciones que triunfan en las ceremonias matrimoniales van de 'Paquito el chocolatero' y 'Sufre mamón' a 'I gotta feeling', de Black Eyed Peas

Carlos Marcos

Ser dj de bodas es una profesión de riesgo. Existe una teoría infalible para comprobar el nivel de riesgo: si la barra libre se extiende más allá de las cinco horas, peligro. No falla. Lo afirman todos los dj consultados. Y para constatarlo, ofrecen ejemplos.

David Morales, pinchadiscos de 29 años, es el responsable de la empresa Animusic, que se dedica a amenizar enlaces matrimoniales: "Era una ceremonia tranquila hasta que a uno de los invitados se le ocurrió jugar al lanzamiento de benjamines [botellas pequeñas de cava]. Los tiraba al aire abiertos y en dirección al dj. Aparte de que podía abrirme la cabeza, derramaba todo el líquido y caía en el equipo de música, que está valorado en 300.000 euros. Tuve que ir a hablar con los novios para que aquello parara".

Hay que encontrar melodías adecuadas incluso para la hora del postre
El cóctel se nutre de música relajante, canciones 'chill out' y bandas sonoras

Dato que conviene recordar: el dj suele ser el único elemento sobrio en una fiesta que normalmente supera los dos centenares de personas. Psicología, mucha psicología. ¿También para seleccionar la música?

Hay un concepto en auge que se llama "personalizar la música de la boda". Consiste en que los novios seleccionen las canciones que quieren que suenen en "su día" para que las pinche un profesional. "Normalmente, esto pasa en la entrada y la salida de los contrayentes, ya sea en la iglesia o en el juzgado. La chica es la que pone más empeño en esta fase. Un clásico a la entrada es Amor eterno, de Il Divo. Para la salida los novios prefieren piezas más desenfadadas, la típica canción de la pareja. ¿Un ejemplo? Puede ser, de El Canto del Loco y Amaia Montero, o (Everything I do) I do it for you, de Bryan Adams", informa Jorge Casado, de 23 años, cinco de ellos dedicados a poner música en bodas.

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Cada fase del enlace tiene su ambiente. El cóctel, por ejemplo, se nutre de melodías relajantes, canciones chill out como los discos del Café del Mar (el popular local ibicenco). O bandas sonoras, como Gladiator, El diario de Bridget Jones o Love actually. "Tanto en el cóctel como en el banquete no conviene que la música sea la protagonista. La gente está hablando y esa conversación no debe tener distorsiones. Y si alguna vez se hace un silencio ahí está la música para que esos segundos sean agradables", comenta el pinchadiscos Iván Bezo, de 30 años.

Hay algunos que afinan mucho, hasta encontrar unas melodías adecuadas incluso para la hora del postre. Morales: "El banquete ha terminado. Está bien poner un disco de transición, que anuncie que lo siguiente es más animado. Para este momento funciona bien Sagi Rei, un cantante que hace versiones de temas disco de los setenta en lectura acústica".

Finalizadas las viandas, llega la juerga. Javier Gascó es un madrileño de 34 años que pincha habitualmente en bodas de la región: "Últimamente se da la circunstancia de que los novios quieren controlar toda la música. Como son treintañeros eligen canciones de su época, como Héroes del Silencio y Mago de Oz. Pero luego no resulta, porque el resto de los invitados no bailan esas canciones. La gente quiere pachanga, temas muy conocidos". Para esta primera parte de la discoteca hay que prestar especial atención a la gente mayor. "Es la primera que se va, así que hay que dedicarles la primera hora con, sobre todo, pasodobles. Pero, cuidado, porque se puede echar a los más jóvenes, así que hay que intercalarlos con cosas de los sesenta, como Los Brincos y Los Bravos, o salsa", asegura el dj Jorge Casado.

¿Tres canciones infalibles? DJ Javi (Javier Gascó) lo tiene claro: "No rompas más mi pobre corazón, de Coyote Dax; Fiesta, de Raffaella Carrá, y la inefable Paquito el chocolatero". Una vez se han retirado los mayores reina el pop español, sobre todo en las ceremonias que se celebran en Madrid. "Canciones como Déjame, de Los Secretos; Chiquilla, de Seguridad Social, o Sufre mamón, de Hombres G, son muy del gusto de los madrileños", comenta el pincha Iván Bezo.

No hay dudas sobre la canción actual que no falta en la fase más jaranera de la boda: I gotta feeling, de Black Eyed Peas. Roberto Fornigo, 38 años, que se presenta como DJ Rob, es especialista en música negra: "Pero un pinchadiscos de bodas debe ser flexible y atender a las peticiones de los invitados. Es imposible no acertar con Billy Jean, de Michael Jackson, o con I will survive, de Gloria Gaynor, y eso también es música negra de calidad".

Cobran unos 700 euros por cinco horas, se llevan alrededor de 5.000 canciones (para poner cerca de 100) y siempre se presentan con traje. Ah, y son muy agradecidos: si les ofrecen un refresco, lo aceptan.

Una pareja de recién casados abre el baile de celebración de su boda.
Una pareja de recién casados abre el baile de celebración de su boda.CARLOS ROSILLO

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Sobre la firma

Carlos Marcos
Redactor de Cultura especializado en música. Empezó trabajando en Guía del Ocio de Madrid y El País de las Tentaciones. Redactor jefe de Rolling Stone y Revista 40, coordinó cinco años la web de la revista ICON. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Madrid.

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