_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Regular para prevenir

Uno de los efectos de la crisis es la erosión de la fiabilidad de instituciones como el G-20

La revitalización del G-20 fue una de las consecuencias de la toma de conciencia por parte de las principales economías de la influencia de la desregulación en la crisis financiera iniciada en 2007. El G-20, en el que concurren economías avanzadas y las más dinámicas de las consideradas emergentes, se planteó una prometedora agenda en torno a la regulación financiera global. Los avances de ese grupo no han sido hasta ahora significativos, incluida la reunión que acaban de celebrar en Washington los ministros de Finanzas.

Se ha avanzado poco en las direcciones básicas necesarias para prevenir futuras crisis. La principal prioridad es una regulación financiera que, partiendo de la experiencia de esta crisis, extienda su cobertura geográfica hasta hacerse verdaderamente global como lo son las actividades de los operadores financieros. Los Gobiernos y supervisores no sólo tienen que procurar garantizar a los ciudadanos que sus medios, habilidades y decisiones son acordes con la magnitud de los daños potenciales; también ha de aprestarse a recuperar el dinero de los contribuyentes empleado en salvar bancos, como hará la Administración estadounidense. Además, es razonable la propuesta del FMI de introducir una tasa a todo tipo de instituciones financieras con el fin de constituir un fondo para financiar eventuales rescates. Se trataría de un mecanismo, complementario a los fondos de garantía de depósitos, que evite que sea el contribuyente quien financie los errores, o tropelías, de los bancos.

Más información
El FMI vaticina que España no volverá a crecer al 2% al menos hasta 2016

La incapacidad de los ministros para enviar una señal de acuerdo en esos temas acentúa la desafección de los ciudadanos. Nunca como ahora eran tan necesarias las habilidades de políticos y supervisores bancarios, pero la impresión que transmiten es de impotencia. Al inventario de destrozos originados por la crisis habrá que añadir esa erosión en la fiabilidad de las instituciones, incluyendo las de ámbito internacional, para no agravar los efectos de la crisis en sus propios miembros, como el caso de Grecia está demostrando.

Ese fue el principal tema tratado en Washington. Sin embargo, la conclusión de que, si no se soluciona el agujero fiscal heleno, hay un riesgo cierto de contagio que pondría en cuestión la incipiente recuperación, no impidió que ayer los ministros económicos de Alemania y Francia cuestionaran la concesión de la ayuda solicitada por Atenas, condicionándola a garantías sobre la viabilidad de su compromiso de ajuste.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_