Marruecos, un oasis
El país supera la crisis económica con buenas notas gracias al esfuerzo inversor del Estado
La economía marroquí ha aguantado el tipo frente al derrumbe financiero internacional. Durante el año pasado creció un 5,3%, y este curso espera elevar su PIB por encima del 3,5%, unos datos que superan largamente el desempeño de sus principales socios comerciales europeos. De esta manera, Marruecos se ha convertido en un oasis dentro del desplome generalizado de las economías del mundo, que en su conjunto registraron el año pasado un retroceso del 0,8%.
La clave del éxito se encuentra en la inversión pública y en el consumo interno, que han compensado la caída de las inversiones extranjeras y de las exportaciones. La receta parece simple, pero en el caso de Marruecos ha sido aplicada en un momento excepcionalmente próspero. La crisis ha coincidido con una de las mejores cosechas agrícolas de la última década -el sector representa entre el 14% y el 20% de la economía, dependiendo de las condiciones climatológicas-, con el lanzamiento de importantes paquetes de ayuda gubernamental y con el boyante desarrollo de las infraestructuras, un sector históricamente postergado.
La estabilidad macroeconómica ha permitido mantener el empleo
El Gobierno de Marruecos concedió además una rebaja de impuestos y otros subsidios a las empresas textiles y otros sectores afectados por la crisis durante el año pasado. Como consecuencia, la industria manufacturera creció un 3,8% el último trimestre de 2009 y la construcción se elevó un 6,1%. Un cuadro económico que ha permitido mantener el empleo y preservar el consumo interno como motor económico. Las estimaciones del Ejecutivo indican que estos proyectos han permitido salvar 19.000 empleos y mantener la tasa de paro en el 8%, el mínimo en diez años.
Las empresas públicas marroquíes han aumentado en un 20% su inversión durante 2009, lo que sumado a las ayudas estatales ha reducido prácticamente a cero el superávit público. En este contexto, el Ejecutivo ha comenzado un lento proceso para trasladar al sector privado el testigo del crecimiento. Esta misma semana ha presentado a la comunidad empresarial un proyecto faraónico para reformar completamente las infraestructuras de transportes y de logística por un valor de 10.300 millones de euros hasta el año 2030.
Este proyecto complementa el plan de energías lanzado el año pasado, con el que se pretende modificar la distribución energética del país y crear 25.000 empleos. El Ejecutivo espera que este año la inversión extranjera se recupere y que crezca dos dígitos. El último dato disponible indica que en 2008 cayó hasta los 2.300 millones de dólares, frente a los 2.800 millones de 2007. La crisis en Europa ha sido el principal responsable de este impacto, ya que más del 50% de la inversión extranjera se concentra en empresas provenientes de Francia y España.
¿Incertidumbres? Precisamente de sus socios europeos. El 80% del comercio marroquí se realiza con la UE, especialmente en el sector agrícola y cada vez más en el turismo, que ya representa el 9% del PIB del país. Las incertidumbres europeas no sólo repercutirán en la evolución de los envíos, sino que además podrían ralentizar el plan del desarrollo local. De momento, algunos sectores como el de componentes de coches crece al 25%, pero otros como el agrícola se mantienen estancados. La UE tiene la última palabra. -
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