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La derecha aspira a obtener todo el poder en Hungría

Los comicios de hoy entierran ocho años de gobierno socialista

Aunque la victoria de la fuerza de centro-derecha Fidesz, hasta ahora en la oposición, está garantizada en la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias en Hungría que se celebran hoy, lo que se decidirá es si conseguirá su meta de reunir más de dos tercios de los votos, una histórica mayoría, que le daría libertad casi total para legislar y modificar la Constitución.

La extrema derecha xenófoba y ultranacionalista que representa Jobbik (Movimiento para una Hungría Mejor) confía en reafirmar su auge en esta última ronda, tras la primera del 11 de abril, para decidir la composición del Parlamento unicameral de 386 diputados.

El favorito es, según revelan las últimas encuestas, el partido del ex primer ministro Viktor Orban, Fidesz (Alianza de Jóvenes Demócratas), que ya logró el 52,77% de los votos hace dos semanas y al que auguran que sumará ahora entre un 56% y un 58% de los sufragios.

Las elecciones auguran el mayor giro político del país en 20 años

A larga distancia, los socialistas del MSZP se harían con el 20% de los votos, en lo que los analistas interpretan como un castigo del electorado por la mala gestión en sus ocho años en el Gobierno. Todo apunta a un descalabro mayúculo de este partido. Porque se culpa en gran medida a los socialistas de la actual crisis económica en Hungría, donde la tasa de desempleo supera el 10%, una de las mayores de la Unión Europea, y donde unos tres millones de personas viven bajo el nivel mínimo de subsistencia. En 2006, el MSZP cosechó el 43,2% de las papeletas.

Los socialistas precederán por poca diferencia a Jobbik y a la izquierda ecologista del LMP (Otra Política es Posible), de reciente creación. Ambos contarán, por primera vez, con representación parlamentaria.

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Jobbik, que multiplica casi por ocho sus sufragios de 2006 y que ha sabido beneficiarse del descontento popular, tiene fuerte arraigo en las zonas más azotadas por la crítica situación económica, el norte y el este del país centroeuropeo, donde el desempleo supera en numerosos lugares el 20% y la proporción de la minoría gitana es muy alta.

El nuevo Parlamento que salga de las urnas supondrá una remodelación del espectro político húngaro de los últimos 20 años; en él, si no hay sorpresas, estarán ausentes los dos movimientos más importantes de la transición tras la caída del comunismo, el Foro Democrático y los Liberales.

Dos millones y medio de electores están llamados a participar en esta segunda vuelta para votar en 57 circunscripciones en las que ningún candidato sumó el 50% de los votos en la primera ronda. Deberán elegir entre tres candidatos que recibieron, al menos, un 15% de los sufragios. Salvo en un distrito, el representante del Fidesz fue el más votado.

Miembros del partido Jobbik, en una marcha en Budapest en 2008.
Miembros del partido Jobbik, en una marcha en Budapest en 2008.REUTERS

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