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El crecimiento orilla al localismo

CajaGranada flexibiliza su discurso para afrontar el futuro sin sobresaltos

En menos de un año, CajaGranada ha pasado de considerar su independencia como algo innegociable y reafirmar su vocación autónoma a buscar fórmulas de crecimiento en alianzas con otras entidades. Y lo curioso es que dicho cambio no ha encontrado reticencias entre los más destacados representantes de la sociedad civil granadina. Es cierto que se esquiva la palabra tabú en la provincia: fusión.

Ahora se habla de "alianzas estratégicas", pero el verano pasado muchos se llevaban las manos a la cabeza cuando la entonces consejera de Economía, Carmen Martínez Aguayo, cuestionó la vigencia de un acuerdo de 2001 entre partidos, empresarios y sindicatos para mantener la independencia de la entidad granadina -el denominado Pacto del Saray-. Ni siquiera fue la entidad la que lo puso en duda. Hoy el panorama ha cambiado.

La Junta ya ha dado su bendición a los proyectos de unión de la entidad
Antonio Jara dejo la puerta abierta a alianzas desde el principio

La llegada a la presidencia de la caja del ex alcalde socialista de la capital Antonio Jara en sustitución de Antonio Claret García no supuso un giro radical en el discurso. Pero sí que introdujo matices desde el inicio. Cuando compareció en septiembre tras hacerse público que iba a ser el próximo presidente, dejó muy claro su primer mensaje: "¿Fusiones? No, gracias". Fue rotundo, pero esbozó la estrategia a seguir: el objetivo pasa por hacer la entidad "más fuerte todavía". De ahí los contactos con otras cajas para entrar en un Sistema de Protección Integral (SIP) con Cajastur y otras entidades más u otras alternativas que baraja. Aún no hay nada cerrado.

Con la anunciada defensa de la marca CajaGranada y la focalización de la actividad en territorio andaluz, Jara ha logrado el consenso social y político respecto a la caja cuando ya está claro que el futuro no será un camino transitado en solitario. Y eso que hace apenas unos meses, en plena crisis y con la reordenación del mapa financiero en marcha, cualquier referencia a algún tipo de colaboración entre cajas en la que estuviera inmersa la granadina levantaba una auténtica polvareda.

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En julio, de hecho, fue la propia caja la que, a raíz de la polémica sobre la idoneidad del viejo pacto, tuvo que celebrar un consejo de administración extraordinario para zanjar el asunto que durante semanas enfrentó tanto a partidos como a sindicatos y empresarios.

Tan sólo dos meses después, comparecieron juntos los dirigentes provinciales de PSOE y PP, entonces Francisco Álvarez de la Chica -actual consejero de Educación- y Sebastián Pérez, para anunciar que Jara iba a ser el próximo presidente de la entidad. Los intentos de Antonio Claret por buscar la fusión con Caja de Jaén y Cajasur no llegaron a buen puerto. Y él sostuvo hasta el final un "no" rotundo a las fusiones que no fueran lideradas por la caja granadina, lo que apenas le dejaba margen de maniobra en la comunidad. Resistió a los envites de fusión pero la tensión aumentó: "Las cajas son propiedad social y la propiedad social no es propiedad gubernamental".

El doble límite temporal que estable la ley de cajas motivó la salida de Claret. Antes de marcharse, insistió en la capacidad de la caja para seguir caminando sola. "El tamaño no es lo importante sino tener buenos activos".

Su sucesor, desde el inicio, apostó por crecer. Y salvado el tema de la caja única aboga por el equilibrio territorial que, en su opinión, pasa por tres patas: Unicajasur, Cajasol y CajaGranada, aunque ésta tenga que alcanzar alguna "alianza estratégica extracomunitaria".

La bendición del presidente de la Junta, José Antonio Griñán, ya la tiene: "Andalucía no pondrá banderas nacionalistas a las fusiones". Pero, sobre todo, cuenta con el respaldo de la sociedad granadina.

El PP, que ha defendido hasta la saciedad el carácter eminentemente granadino de la entidad, se ha mostrado a favor de que ésta se "fortalezca", aunque va a estar "vigilante". El PSOE "respaldará" cualquier decisión estratégica que redunde en la fortaleza y solvencia, mientras que IU aplaude que se huya del aislamiento. Los sindicatos mayoritarios CC OO y UGT reciben con agrado la noticia, conscientes de que es imposible seguir en solitario. Y los empresarios respetarán una decisión que "será buena para Granada".

Los puestos de trabajo no se cuestionan: "Son nuestro principal patrimonio". Y no se va a perder la identidad granadina ni se va a perjudicar al sistema financiero andaluz. Con estos puntos de partida trabaja Jara, cuya presidencia parece tener ya un primer resultado: la reconciliación de los granadinos con la realidad de su caja, tan arraigada en la provincia.

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