Grecia activa el plan de rescate por el duro castigo de los inversores

Con un discurso solemne, como requería la ocasión, Yorgos Papandreu anunció ayer que ha pedido a sus socios de la zona euro que acudan en su rescate. El primer ministro griego señaló que Grecia, "un barco a punto de hundirse", inicia "una nueva odisea" para salvarse. Ante la mayor crisis del euro desde su nacimiento, Bruselas promete agilizar el plan, que movilizará hasta 45.000 millones de ayuda de la UE (dos tercios) y del Fondo Monetario Internacional. El país heleno ha tenido que rendirse ante la presión de los inversores, que han vendido sus bonos masivamente y exigen tal rentabilidad a su deuda que impiden que Grecia haga frente a la misma sin ayuda externa. Pero incluso tras la petición formal de ayer, los mercados siguen dando la espalda a Atenas. La rentabilidad de los bonos a dos y cinco años marcó nuevos máximos. Ello responde no sólo a las incertidumbres sobre la ejecución del rescate, sino también al temor de que la ayuda prometida no sea suficiente para evitar una reestructuración, moratoria o canje de la deuda griega.