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El presidente de Agatha Ruiz de la Prada, de viaje en Sanxenxo financiado por Louzán

El lujo y la actitud del grupo hicieron desconfiar al resto de pensionistas

Nació como un programa social para fomentar "la salud y el bienestar" de jubilados con pocos recursos en la provincia de Pontevedra. Cinco días de balneario en pensión completa por 169 euros, descontados los 52 que subvenciona la Diputación de Rafael Louzán. Para optar a esa semana de esparcimiento era necesario ser mayor de 50 años, aportar un certificado de la pensión, fotocopia del DNI y un impreso "debidamente cubierto" que probase el empadronamiento en algún municipio pontevedrés.

Esas eran las bases del programa Saúde e Benestar que la institución de Rafael Louzán se saltó para colar bajo los chorros de las piscinas de Sanxenxo a ocho personas (seis censadas en Madrid y dos en Baleares) sin ningún vínculo con la provincia. Entre ellos, Fernando María Aguirre Roldán, presidente de la firma Agatha Ruiz de Prada, su hermano Ignacio, sus respectivas parejas y cuatro personas más con domicilio en Madrid.

Ninguno llegó al balneario el pasado domingo 18 en el autobús de la Diputación. Lo hicieron en dos lujosos turismos y un todoterreno de alta gama. Nada más aparcar, buscaron la recepción donde les esperaba Nidia Arévalo, alcaldesa de Mos oficialmente expulsada del Partido Popular por pactar con tránsfugas, que ejerció de anfitriona. Según varios testigos, Arévalo se presentó ante el personal del hotel como enviada "de la Diputación" -en la que ya no tiene cargo- y facilitó el alojamiento del grupo. Seis personas se incribieron con los números de registro del programa que van del 2.287 al 2.292.

El propio Fernando María Aguirre Roldán y Paz Araujo Romero- que concurrió como candidata del partido Por un Mundo Más Justo a unas elecciones generales- ambos de Baleares, lo hicieron sin que figurase ninguna numeración.Durante los cinco días que pasó en el establecimiento, el grupo apenas se mezcló con el resto de jubilados, a quienes extrañó mucho el perfil de sus compañeros. "Comían, desayunaban y cenaban -los días que lo hacían, porque a veces se marchaban- en el turno de la Diputación pero siempre separados" del resto de pensionistas, cuenta un hombre que sólo tuvo ocasión de saludarlos un día en el ascensor.

"Tenían su propia mesa y en ocasiones acudían a las piscinas a horas distintas", relata una mujer que nunca supo bien "qué pintaba esa gente de dinero" en un programa subvencionado. "Bien se veía que no eran como nosotros cuando acudían a la piscina, pedían tratamientos caros [que cada invitado debe pagar de su bolsillo], llevaban maletas y ropa de lujo, salían y entraban en Mercedes y BMW [también había un Lexus] y tenían acento de fuera". "Pero eran muy educados", remacha otra pensionista, quien resalta que incluso "llegaron a cantar el cumpleaños feliz" que el resto del comedor dedicó una noche a uno de los jubilados.

La expedición, esas ocho personas procedentes de Madrid y Baleares, incluido el alto ejecutivo, presidente de Agatha Ruiz de la Prada, sí participó en una de las excursiones programadas por la Diputación. El miércoles visitaron Cambados pero tampoco ese día hicieron gran cosa por integrarse. "Iban siempre a lo suyo". Tanto, que se ahorraron la charla del martes en la que el presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán y su número dos, José Manuel Figueroa, recordaron a la concurrencia que es la Diputación la que financia -con 52 euros por persona- el programa.

Sólo pasaron desapercibidos para el personal del hotel, que no vio "nada especial en ese grupo" ni acostumbra a facilitar información sobre sus clientes. "El que se aloja aquí también está pagando la discreción", despeja todas las preguntas un empleado del balneario. Con el mismo sigilo que presidió toda su estancia, ayer, minutos antes de las once de la mañana, el grupo acercó a la puerta del hotel el BMW X5 y el Lexus -que tanto hicieron sospechar a sus compañeros-, cargó sus maletas y desapareció sin más explicaciones.

Las llamadas de este diario a la firma Agatha Ruiz de la Prada para contactar con su presidente fueron en vano. La alcaldesa de Mos que, cuando se cruzó a algunos de sus vecinos en el recibidor del hotel explicó que iba a acompañar a unos familiares, evita hacer declaraciones y sólo repite que "todo es mentira". Cuando se le pregunta si acudió al Spa Galatea el pasado domingo, Nidia Arévalo asegura que no tiene por qué dar explicaciones sobre los lugares que frecuenta.

La vicepresidenta de la Diputación de Pontevedra, Teresa Pedrosa, explicó ayer que "cada participante en el programa aporta una declaración jurada de que cumple con todos los requisitos" y advierte de que "nadie con domicilio fuera de Pontevedra sería admitido". Pedrosa se muestra extrañada de que Nidia Arévalo acudiese al establecimiento como una emisaria de la Diputación y avanza que la semana que viene revisará los datos del programa "para ver si alguien se ha colado". La vicepresidenta de la institución añade que "por los balnearios de la provincia han pasado más de 3.000 personas este año sin que hasta el momento se hayan detectado problemas de este tipo".

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