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El Gobierno se vuelca en convencer al PNV sobre el plan de Convivencia

El PSE aclara que el texto no sustituye al anterior, sino que "mejora" parte de él

El Gobierno se halla molesto y preocupado ante la perspectiva de que la parte del Plan de Educación para la Paz y los Derechos Humanos que ha reformulado en el documento Convivencia y deslegitimación de la violencia llegue a las aulas el próximo curso con el lastre de una división política entre nacionalistas y no nacionalistas que pueda prolongarse en la comunidad educativa. Por ello, quiere hacer lo posible para que, al menos el PNV, no se oponga frontalmente al texto como ha hecho en primera instancia al pedir su retirada, sin diálogo previo con el Gobierno ni tanteo sobre las posibilidades de cambios o de incorporación de sus planteamientos. Ese comportamiento, que mostraría todo lo contrario a una disposición negociadora, levanta el pesimismo en el Ejecutivo sobre la posibilidad de que el PNV reconsidere su posición.

El PP ve margen para negociar con el PNV, pero sin "descafeinar" el plan

En todo caso, tanto el Ejecutivo como el PSE desplegarán esta semana un esfuerzo de contactos con dirigentes y responsables parlamentarios del PNV para intentarlo. El PP, único partido con UPyD que ha respaldado el documento, avala ese intento, según dio a entender ayer su portavoz parlamentario, Leopoldo Barreda, siempre que satisfacer al PNV no suponga "descafeinar" el plan en lo básico: la reivindicación de las instituciones democráticas y el papel de las víctimas. "Hay terreno de encuentro y es posible buscar el acuerdo con el PNV", dijo Barreda en Herri-Irratia.

El portavoz popular añadió que existen "elementos que se pueden afinar" y consideró necesario "hacer un esfuerzo" para lograrlo, en mensaje implícitamente dirigido al Ejecutivo. En todo caso, el consenso resulta deseable para los populares, pero no por encima de la propia aprobación del plan. "Tiene que aprobarse cuanto antes", recalcó su presidente en Euskadi, Antonio Basagoiti.

El margen temporal para el intento se extiende hasta la semana próxima, ya que, como ayer reiteró el portavoz socialista, José Antonio Pastor, ese día el Gobierno aprobará el texto definitivo que enviará al Parlamento. El Ejecutivo se encuentra con una dificultad añadida: no puede incorporar planteamientos del PNV porque este partido no los ha formulado. En última instancia, el acuerdo podría producirse en las propuestas de resolución que culminen el debate parlamentario del texto.

El presidente peneuvista, Iñigo Urkullu, desactivó ayer la crítica a la cuestión de la presencia o no de las víctimas en los colegios. El PNV no puede basar su oposición en ese aspecto, ya que es un mandato legal contenido, como recordó él mismo, en la Ley de Víctimas (artículo 5.3), aprobado durante el mandato del anterior Gobierno. Urkullu vio "necesario" que los centros reciban el testimonio de los afectados por la violencia, siempre que en ellos no se deslicen "rastros ideológicos".

Para el PSE, la defensa del sistema institucional y las reglas de la democracia derivados de la Constitución y del Estatuto no suponen "politizar" las aulas. Más aún, la considera "una exigencia" para la convivencia y planteará que representantes de la judicatura tengan también presencia en el programa, una de las propuestas presentada ayer por sus portavoces, José Antonio Pastor y Mikel Unzalu.

Tales propuestas contienen algunos guiños previos al abordaje al PNV: dejar explícito que el nuevo texto "no rompe" con el Plan de Educación para la Paz y en Derechos Humanos, ya que se mantienen sus contenidos y vigencia hasta 2011, ni arranca de cero, sino que supone una "mejora" de parte que aquel dejó "diluida" en la generalidad.

También quieren que se inserte en el documento todo lo que la Ley de Víctimas y los distintos mandatos parlamentarios indican sobre la educación en valores.

Materiales idénticos

Los nacionalistas han agitado profusamente la unidad didáctica que contiene la simulación de un zulo como una de las actividades que los centros podrían escoger. En él pasarían un minuto todos los alumnos, mientras se lee en voz alta el relato de un secuestrado por ETA que estuvo encerrado dos meses en uno similar.

En realidad, se trata de una parte de Historias que nos marcan, ya incluida por el Gobierno anterior entre los materiales que facilitó para la experiencia Dando pasos hacia la paz. Ningún centro realizó esa actividad, ni tampoco tendrían por qué hacerlo ahora, ya que son libres de elegir entre las que se proporcionan.

El PSE dejó ayer sentado que la reforma no es "un capricho del Gobierno", sino un mandato parlamentario. Quiere también que el Ejecutivo explique más la importancia del concepto de convivencia, que va más allá del de la paz. Los socialistas reclaman al nacionalismo que deje de sugerir que las víctimas podrían transmitir rencor. "Nadie ha tenido que esforzarse más que ellas para inculcar a sus hijos respeto y tolerancia y evitar que se tomen la justicia por su mano", aseguró ayer el portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor.

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