En Lope la mujer manda
¡Qué fantásticas y libres son las protagonistas de las comedias de Lope! La de La viuda valenciana, muerto su marido, decide gozar a oscuras de un galán noche tras noche sin desvelarle su rostro ni su identidad, y dejar que la palpe sin que la vea. Ni que decir tiene que lo vuelve loco. La de La moza de cántaro, para vengarse del hombre que ha golpeado a su padre, le declara su amor y lo apuñala al primer abrazo. Luego, se da a la fuga y adopta otra personalidad, al servicio de un indiano.
Hace falta una actriz feroce para dar crédito a una mujer así. Eduardo Vasco ha encontrado en la jovencísima Mamen Camacho la horma de tan difícil personaje: la chica lo clava con medido brío, a lo Lidia Otón.
LA MOZA DE CÁNTARO
Autor: Lope de Vega. Intérpretes: Francesco Carril, María Prado, Héctor Carballo... Luz: M. Á. Camacho. Escenografía: Carolina González. Dirección: Eduardo Vasco. Teatro Pavón. Hasta el 13 de junio.
Este espectáculo, interpretado por la segunda hornada de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, recién salida del cascarón, es desigual, pero tiene momentos brillantes y se sigue con gusto, sobre todo cuando Lope escande alguno de sus mejores versos de tema amoroso.
En el reparto destaca también la chispa cómica genuina de Pedro Hidalgo y, en cierta medida, la pureza de línea de la Leonor de Paloma Sánchez de Andrés. Eduardo Vasco dibuja las escenas con gracia, aunque no les dé volumen siempre. Los saltos de época del vestuario de Lorenzo Caprile, guiño a los diferentes momentos de auge de esta comedia dos veces refundida, desconciertan un tanto. La versión de Pérez Sierra es impecable y el espacio musical del propio Vasco, la luz y la sencilla escenografía juegan a su favor.
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