"¿Pita Racalbuto? Tranquilos"
La defensa aporta escuchas que salpican a Inter, Roma y Milan en el 'caso Moggi' sobre la compra de árbitros por la Juventus
Così fan tutti. Así hacen todos. Y, si lo hacían todos, todos son culpables. Es decir, nadie es culpable. Esa es la estrategia defensiva adoptada por los abogados de Luciano Moggi, el ex dirigente de la Juventus procesado por corrupción arbitral y a cuyo equipo la justicia deportiva despojó del título de la Liga 2005-06 y expulsó a la Segunda División.
El primer juicio a Moggi se ha abierto en Nápoles con un golpe de efecto. Sus abogados han aportado las transcripciones de 74 escuchas telefónicas realizadas durante la investigación policial que reunió 170.000 interceptaciones entre 2004 y 2005. Las grabaciones, descartadas por la fiscalía por no ser penalmente relevantes, dicen mucho sobre el ambiente de compadreo general, presiones, intercambio de favores y chantajes más o menos velados que domina el calcio.
El Inter heredó el 'scudetto' que la federación quitó a la Juventus
En las grabaciones se oye a directivos de media docena de equipos hablando con los dos encargados de designar los árbitros, Paolo Bergamo y Pierluigi Pairetto, para tratar de influir y conseguir jueces generosos. Por orden alfabético, se comienza con el presidente del Cagliari, Massimo Cellino, que le dice a Bergamo: "Mándame un árbitro". ¿Quizá sabía que estaba siendo interceptado?
Pero el grueso de la ofensiva de los letrados de Moggi son las 41 llamadas grabadas al mítico Giacinto Facchetti, ex presidente del Inter, fallecido en 2006. Por la cantidad, tono y contenido, se aprecia que sus contactos con los responsables de las designaciones eran pura rutina. En una de ellas, Facchetti se lamenta de que hayan elegido al colegiado Salvatore Racalbuto para un partido y recuerda que no se lleva bien con él porque una vez se pelearon. Bergamo le tranquiliza. Es el 20 de febrero de 2005.
Facchetti. Buenos días, Paolo.
Bergamo. Buenos días. No nos hemos oído hace tiempo. ¡Os fue bien en Palermo!
F. Ahora viene Racalbuto...
B. Dile al mister que esté tranquilo. Porque él tiene un carácter, mira que si pudiese me lo quitaría de encima, pero es mejor dejarlo tranquilo, hará su partido, créeme. Ya he hablado con los asistentes.
F. Porque con Racalbuto yo me peleé, con Racalbuto...
B. Ya he hablado y volveré a hablar esta tarde. Lo sé, me acuerdo de todo, conozco los precedentes: cuando bajaste a los vestuarios. Pero ya hablo yo con él, verás que lo encuentras tranquilo.
F. Va bè (está bien).
B. Suerte, Giacinto.
En otra grabación, el directivo arbitral Pairetto le pide a Facchetti "dos entradas". Otro día, el ex capitán azzurro inquiere y Pairetto responde: "El sábado ponemos a todos internacionales". El Inter fue el principal favorecido de la decisión de despojar a la Juventus del título 2005-06, ya que ganó el scudetto en los despachos.
Tras conocerse las conversaciones, arrecian las voces que piden que la decisión sea revisada y el campeonato quede sin dueño. El hijo de Facchetti, Gianfelice, ha propuesto al Inter que restituya el título en un gesto de juego limpio. Massimo Moratti, actual presidente, ha descartado la sugerencia.
Quizá no sería mala idea anular aquel campeonato entero, visto que no parece haber inocentes. El secretario técnico del Palermo, Rino Foschi, por ejemplo, es cazado exigiéndole a Pairetto "árbitros a 360 grados" y le reprocha un arbitraje anterior, a su juicio "repugnante". Adriano Galliani, presidente del Milan, no sale mejor parado: Bergamo le pide un favor no aclarado y Pairetto le dice "todos tifamos'por usted a lo grande" poco antes de su reelección como presidente de la Liga.
No falta una referencia al Roma: el director deportivo Claudio Pradè le dice "confiamos en ti" al entonces vicepresidente de la Federación y el ex entrenador Luciano Spalletti pregunta a Bergamo qué jueces de líneas le van a caer en suerte. El juicio no ha hecho más que empezar, pero promete veneno a espuertas. Y este fin de semana el Inter se juega el campeonato con la Juventus.
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