Rato augura que quedarán menos de la mitad de las cajas

La expectación por escuchar la primera conferencia de Rodrigo Rato como presidente de Caja Madrid, era enorme. La sala donde pronunció el miércoles el discurso se llenó a rebosar de ejecutivos. Acudieron más, incluso, que cuando habló, el martes, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España.

Rato no defraudó. Auguró la desaparición de 25 cajas, de las 45 existentes, por las fusiones que vivirá el sector. También dijo que sobra el 30% de las oficinas, es decir, unas 13.200 sucursales, por la caída del negocio. Las cajas con más excedentes "son la mitad del sector que tiene menos activos", es decir, las más pequeñas.

Rato explicó que el sistema financiero está ahora en la primera fase del proceso de reordenación y que al final de esta etapa quedarán unas 25 o 28 cajas. En la segunda fase, sólo quedarán unas 20. José Antonio Olavarrieta, director general de la Confederación de Cajas (CECA) -y máximo representante tras la dimisión del presidente Juan Ramón Quintás- es más optimista y espera que queden entre 25 y 27 cajas.

La Caixa sostiene que si no cambian las normas no crecerá el crédito

Rato describió un descarnado paisaje de las cajas: problemas por la caída de márgenes, estructura financiera desequilibrada, exceso de oficinas, fragmentación y problemas para acceder al capital. Admitió que tienen un 15% más de exposición al mercado inmobiliario que los bancos.

Durante su intervención en unas jornadas financieras organizadas por Deloitte y Abc, Rato coincidió con Ordóñez en que, si no se reestructura bien el sistema, cuando se salga de la crisis "la economía no podrá crecer porque no habrá gasolina en los surtidores. Esto ya ocurrió en Japón y aquí se puede repetir". El presidente de Caja Madrid pidió que haya varios caminos para captar capital y no un traje igual para todos. Sobre la entidad que dirige, comentó que "la morosidad va en una línea satisfactoria".

Juan María Nin, director general de La Caixa, avanzó: "La economía española está comenzado una tímida recuperación" por el mayor consumo de cemento, gasóleo y electricidad. También se apoyó al respecto en el consumo de sus clientes (11 millones) con las tarjetas, que ha subido un 10% en marzo, y los terminales de cobro electrónico de los comercios, que han facturado un 11,7% más.

Nin avanzó que el sistema financiero necesitará 48.000 millones en capital y 300.000 millones en liquidez para cumplir con las nuevas normas internacionales. "Si no se cambian, tal y como están redactadas, se ralentizará el crédito a las familias y pymes", avanzó.

El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, por su parte, consideró, a diferencia del Banco de España, que para la banca el paro no es el problema, sino la falta de crecimiento económico. El objetivo, dijo, "es contar con un sistema financiero sólido y solvente que canalice el ahorro y retome la actividad crediticia".

Olavarrieta desmintió "los falsos mitos" sobre las cajas, como que prestan menos que los bancos. "Ellos han reducido el crédito un 25% y nosotros hemos subido un 0,3%". Pidió al Gobierno otra reforma de los SIP (fusiones frías) y justificó que los bancos hayan entrado en la guerra de los depósitos. "Ellos sólo cubren en un 76% los préstamos con depósitos, frente al 88% de las cajas".