Cinco menores ante el juez por violación
La Audiencia de Huelva acoge la vista por los abusos a una niña discapacitada
La niña de 13 años con discapacidad psíquica que supuestamente fue violada por siete menores el pasado verano en Isla Cristina (Huelva) contó ayer, durante la primera vista del juicio, lo que recuerda de una madrugada de las fiestas locales, cuando se alejó del recinto ferial con otros siete menores, de entre 13 y 17 años, y regresó a su casa, cinco horas después, amoratada y con signos evidentes de agresión sexual. La Fiscalía de Menores pide medidas de internamiento de entre cinco y ocho años para los cinco menores con más de 14 años que pueden ser condenados. El juicio comenzó ayer ante un juez de Menores en la Audiencia de Huelva a las 10.00 y a las 20.30 seguían compareciendo testigos.
El fiscal pide el internamiento de hasta ocho años de los acusados
Ayer su madre, Germana Artiel, describió tras su declaración, el estado actual de su hija: "Psicológicamente está destrozada. No duerme, no descansa. Le han quitado la alegría, la forma de ser que tenía, ahora se comporta diferente, está muy cambiada". Su hermana Gema lo contó así: "Mi madre no quería que la niña saliera pero, como eran las ferias y tres amigas la acompañaban, la dejó. Llegó sobre las cinco de la mañana a casa, llena de moratones y cardenales, y las ropas rotas. No paraba de llorar y nos fuimos al centro médico". Dos días después, a la vuelta del hospital, la niña confesó que "los chicos" la amenazaron con ahogarla "si no se dejaba".
La abogada de la familia, Bárbara Royo, solicitó la pena mayor para los presuntos agresores: de cinco a ocho años de internamiento, entre tres y cinco de libertad vigilada y una indemnización de 60.000 euros por cada uno de los cinco acusados mayores de 14 años. Los otros dos chicos, menores de 14 años, son inimputables.
Durante uno de los recesos, Royo explicó que los acusados se situaron "unos a otros" en el lugar de los hechos, "con lo que corroboran las declaraciones de la niña". También señaló que se había evitado, "por todos los medios" que la pequeña, que estuvo la jornada en una sala apartada, se cruzara con los supuestos agresores. "Tampoco era necesaria tal precaución", se quejaban los tíos de la niña en referencia a los dos acusados que "siguen viviendo en Isla Cristina".
La familia se ha cambiado de domicilio recientemente para no "verlos más". Ayer repitieron que no quieren indemnizaciones, sino justicia. "Que quien la haga, la pague", protestaba Joaquín Rodríguez, tío de la niña, en las escaleras del tribunal. Rodríguez calificó también de "vergonzoso" que alguno de los peritos citados no hubieran acudido al tribunal. "La juez dice que la vista tendrá que continuar la semana que viene porque están de vacaciones".
Los acusados comenzaron a llegar a la Audiencia sobre las diez. Cinco de ellos lo hicieron en furgones policiales, procedentes de diferentes centros de menores de Andalucía. Vestían pantalones vaqueros y sudaderas con capucha. Todos ellos, según la abogada, se implicaron después en sus narraciones sobre lo ocurrido aquella noche.
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