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HISTORIAS DE UN TÍO ALTO | Baloncesto
Columna
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Gasol juega demasiado fácil

Mis padres viven en el sitio donde me crié, lo suficientemente lejos de la civilización para que haya vacas enfrente de su casa y para que la calle sea una carretera hecha de grava. Dado que vivo en la ciudad y, en consecuencia, estoy perdiendo la costumbre del trabajo físico, me gusta refrescar la memoria a mi cuerpo recorriendo en coche los 75 minutos que separan mi casa de la suya, donde les ayudo en el cuidado del jardín y otras tareas de poca importancia que mi padre me prepara.

Hace unos domingos, después de plantar unos parterres con flores y comprobar una pila de mantillo (necesita pasar otro año pudriéndose), mi padre y yo volvimos a entrar a la casa. Encendí la minúscula televisión de mis padres para ver si había un partido de la NBA; por lo menos, un partido nos daría a mi padre y a mí algo de qué hablar mientras esperábamos a que mi madre acabara de hacer la cena.

A mi padre le parece que Pau no se esfuerza. A mí me parece que, sencillamente, es bueno, muy bueno

Tras zapear un poco, encontré el partido de los Lakers de ese día. Mi padre es un típico hombre del Medio Oeste: odia la NBA. La odia por el egocentrismo general de la mayoría de los jugadores. La odia porque los jugadores no parecen leales. Creo que la odiaba incluso cuando su hijo (yo) jugaba en ella.

Pero mi padre entiende de deportes. Lo que significa que escuché cuando comenzó a hablar sobre Pau Gasol: "El otro día estaba viendo un partido y Gasol cogió la pelota cerca de la canasta y, sin que pareciera que de verdad estaba haciendo un esfuerzo, se dio la vuelta y sin más, plop, la coló en la canasta" (incluso si no creen que el resto de esta cita sea exacta, pueden estar seguros de que el efecto de sonido lo es).

Yo dije: "Bueno, sí, mide como 2,15 metros".

Mi padre: "Entonces, son 2,15 metros armoniosos. Pero no sé... A veces, no parece que se esfuerce mucho".

Esta ha sido la crítica contra Gasol durante su carrera: que no se esfuerza lo suficiente, probablemente porque es así de coordinado y ágil para alguien tan alto.

Le expliqué pacientemente a mi padre que mucha gente ha dicho lo mismo sobre Gasol, pero la mayoría se ha dado cuenta por fin de que sólo parece que no se está esforzando porque sencillamente es así de bueno. A medida que daba mi explicación, me di cuenta de que Gasol es parte del problema de la percepción que el público estadounidense tiene de la NBA. Pese a nuestra fascinación con la irrealidad (con los actores, las modelos y las famosillas como Kardashian), nos gusta que nuestros deportistas parezcan humanos. La humanidad hace que sus actos parezcan alcanzables para el hombre medio.

Pau Gasol es demasiado bueno. La gente como mi padre no puede apreciar aún a jugadores tan dotados. Es ilógico, lo sé. La única solución que se me ocurre es esta: la próxima vez que España envíe un deportista para que sea un pionero en Estados Unidos tiene que ser uno mediocre. Asegúrense de que, cuando describa lo que haga, mi padre diga uff en vez de plop.

Porque para los estadounidenses uff significa esfuerzo. Y, al parecer, plop significa que es demasiado fácil.

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