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Reportaje:

Tres días de trato humano

Los inmigrantes que perdieron su vivienda en un fuego vuelven a las chabolas

Plásticos, cuerdas y palés. La mayoría de los 50 inmigrantes que perdieron su vivienda en un incendio el pasado lunes en Lepe (Huelva), fabricaban ayer nuevas chabolas. Las 72 horas de gracia ofrecidas por el Ayuntamiento para permanecer en un pabellón polideportivo de la localidad se acabaron por la mañana. Desde las 5.30 horas, los subsaharianos, todos varones de entre 19 y 37 años y procedentes casi al completo de Malí, comenzaron a abandonar el recinto. Sobre las 13.00, cuando llegó una furgoneta municipal para ayudar al traslado, apenas quedaban cuatro. El campamento a levantar, cerca de la N-431, dista apenas unos metros de la nave abandonada, de dos plantas, en la que se originó el incendio -al olvidarse una olla con agua hirviendo en el fuego- y en la que alguno, como Modibo Coulibaly, de 37 años, llevaba viviendo desde 2008. En Lepe existen una decena de asentamientos ilegales, que suman, en cifras de Cáritas, unos 450 sin papeles, la mayoría desempleados.

El nuevo albergue de Lepe está en construcción desde febrero de 2008

"Echaremos de menos el agua y la electricidad de estos tres días", se lamentó Moussa Tounkara, de 28 años, a la vez que mostraba un móvil con carga completa. Como fondo de pantalla, el futbolista camerunés Eto'o. El alcalde de Lepe, Manuel Andrés González (PP), justificó el ultimátum en que el pabellón no reúne condiciones para ser habitado. "Nos han explicado que la gente lo necesita para el deporte", comentó Kakilou Konore, de 26 años. Cerca de él, un grupo de mujeres con mochilas espera para la clase de mantenimiento. Konore tenía poco que recoger: el fuego pulverizó sus escasas posesiones. Tampoco tiene empleo. Los más afortunados, unos cinco, tras las galletas y la leche de la Cruz Roja, se marcharon al campo a recolectar fresa. Otros, los más, envolvieron sus pertenencias y se lanzaron, un día más, a su trabajo cotidiano: buscar trabajo. "Dicen que no hay por la crisis. Siempre pienso que acabe la crisis", razonó el más joven, de 19 años. "Estamos en la calle", resumió Soriba Konate, de 25 años.

Las llamas acabaron con todo en menos de una hora: mantas, maletas y, lo peor, mochilas que contenían documentación esencial (permisos de trabajo y certificados de estancia en el país). La asociación Huelva-Acoge les ofreció sus servicios jurídicos. El Ayuntamiento de Lepe también aportó información de cómo proceder.

Desde Cáritas se advierte del riesgo de que se produzcan nuevos incidentes debido a las "precarias condiciones" en las que viven. El senegalés, André Boissy, presidente de Asnuci, asociación que representa a unos 350 inmigrantes de Lepe, se sulfura: "¿Dónde está el dinero que se otorga en ayuda social?" José Antonio Delgado, profesor de teatro y secretario de Asnuci, critica que en Lepe y en Moguer "sigue habiendo chabolismo", cuando ya "se va erradicando en todas partes".

El albergue de la localidad lleva en construcción desde febrero de 2008.

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Inmigrantes alojados en el pabellón polideportivo en Lepe, que abandonaron ayer por la mañana.
Inmigrantes alojados en el pabellón polideportivo en Lepe, que abandonaron ayer por la mañana.IVÁN BOZA

2.100 contratos en origen

En el momento álgido de la recolección de frutos rojos en la provincia de Huelva, la patronal fresera solicitó el miércoles, de forma urgente, un contingente de 2.100 contratos en origen para afrontar el final de temporada.

Las braceras pertenecen al cupo de 3.000 mujeres marroquíes aprobado en enero por el Gobierno central en previsión de que la mano de obra local -tanto nacional como extranjera con papeles- no cubriera las necesidades del sector. Como de hecho ha ocurrido. Ahora los empresarios solicitan con urgencia el 70% de la reserva. "Podemos esperar muy poco ya que la fresa se estropea. Como mucho diez días", manifestó ayer Alberto Garrocho, presidente de Freshuelva, asociación que representa al 80% de la patronal.

El 60% de la cosecha ya está recogida pero en estos días se necesita una mayor intensidad de trabajo. El presidente criticó también la menor eficiencia de la mano de obra nueva, contratada a partir del GEA, la herramienta informática que pone en contacto a patrones y desempleados. "Algunos empresarios no trajeron a sus fidelizados de otros años y ahora se quedan fuera de juego", afirmó Garrocho.

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