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Berrogüetto dirige la mirada al Universo en su quinto disco

La banda graba por primera vez con la voz de Xabier Díaz

Prácticamente desde su debut en disco -Navicularia (1996)- Berrogüetto excedieron la etiqueta folk. Los anclajes en la tradición existían, sobre todo en forma de instrumentos y desarrollos melódicos, pero su propuesta cuadraba mejor en el cajón de sastre de la world music. Catorce años después, sus notas promocionales insisten en la categoría músicas del mundo: ahí vuelve a encajar Kosmogonías, el quinto larga duración de una de las bandas más aclamadas de Galicia, presentado ayer en el Centro Galego de Arte Contemporánea de Santiago.

"Ha sido un parto de elefante, o de rinoceronte", comenzó su intervención Anxo Pintos, lo más aproximado a un líder de un grupo en el que todo el mundo compone. Pintos, responsable de la zanfoña y del característico sonido de saxofón soprano habló del "big bang de Kosmogonías" o de la "horizontalidad creativa" que ha presidido los dos años de elaboración del trabajo. También se encargó de defender, ante un auditorio atestado de periodistas, colaboradores, músicos y artistas amigos, la filosofía conceptual del elepé, tan minuciosa como en eslabones anteriores de la carrera de Berrogüetto.

La coartada de 'Kosmogonías' es un homenaje a "los héroes anónimos"
"Un planeta sonoro a suficiente distancia de los otros planetas de Berrogüetto"

"Se trata de una suerte de mirada hacia el firmamento", expuso, "algo que la humanidad lleva siglos haciendo aunque ahora vayamos más allá del pensamiento mítico". La coartada de Kosmogonías -11 cortes, cinco de ellos con letra, una de Manuel Rivas- desemboca en homenaje a "los héroes anónimos que hacen que la vida de los demás sea mejor, que pelean por una sociedad más justa". Lo cierto es que, a la usanza del viejo rock sinfónico, la lírica de Kosmogonías no remite directamente al concepto y se vale más bien de mecanismos retóricos y versos extraídos de la poesía popular. "O sol prende nunha liña / as estrelas nun cordonhe / a lúa nun fío de prata / e eu no teu corazonhe", canta Xabier Díaz en Cantar de Camiño.

Es justamente la voz, la gaita y la escritura de Díaz, incorporadas en 2008, lo que más separa Kosmogonías de 10.0 (2006), Hepta (2001) o Viaxe a Urticaria (1999). Por primera vez, Berrogüetto entraron a los estudios con un cantante masculino. Atrás queda Guadi Galego y esa regla no escrita que colocó a mujeres como solistas de numerosas las bandas del boom folk de finales de los 90: de Luar na Lubre a Chouteira. Díaz tomó la palabra en la puesta de largo del nuevo disco para ratificar "el sentido que sigue teniendo el nombre del grupo, porque sigue siendo necesario berrar por los silenciosos, por los que no tienen voz".

Kosmogonías pespuntea con los habituales ribetes jazzy y ecos new age sus excursiones a partir de las raíces folclóricas gallegas. Según la autodefinición de Anxo Pintos, "un trabajo suficientemente maduro pero, al mismo tiempo, un planeta sonoro a suficiente distancia de los otros planetas de Berrogüetto". El escritor Manuel Rivas, autor de Alalá da noite, corroboró las consideraciones del músico al referirse a un disco que "sin ser rupturista, sí supone un giro en la mirada, un giro copernicano para la música gallega". No resistió la tentación de citar a su homólogo portugués Miguel Torga -"lo universal es lo local sin paredes"- y se explayó sobre la relación entre la tradición y lo cósmico, de los petroglifos a las coreografías de la danza popular.

No es la de Rivas, ni mucho menos, la única contribución externa al disco. La novelista Rosa Aneiros firma Plutón, el texto que abre el libreto interior de Kosmogonías. Ayer resumió la peripecia del grupo en un "siete artesanos, siete obreros de la corchea hacen soñar que otra música es posible, también otro orden cósmico". Y la cineasta Olaia Sendón hace lo propio con la videocreación Catálogo de galaxias sociais, en deuvedé aparte junto al documental Detrás das Kosmogonías, un cómo-se-hizo de la grabación realizado por alumnos de la Escola de Imaxe e Son da Coruña.

"Más que interdisciplinar, indisciplinar", concluyó divertido Manuel Rivas. Anxo Pintos cerró el acto unos minutos antes de que la banda interpretase Nadir, Líridas de abril y Ataque de jota explicando el porqué de la k en el título del disco. "Aparte de que es la etimología original de la palabra", relató, "es una letra que no existe en el alfabeto gallego y la que le tenemos cariño, quizás por la pequeña disidencia que supone utilizar una letra que no existe".

Los conciertos de presentación de Kosmogonías en las siete ciudades serán a beneficio de la fundación Manuel María, que proyecta comprar la casa natal del poeta en Outeiro de Rei y transformarla en casa-museo.

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