Polémica en la designación del responsable del Centro Dramático

"A nadie le conviene que la convocatoria para la dirección del Centro Dramático Galego (CDG) quede desierta, empezando por el propio sector", afirma la actriz Blanca Cendán, la candidata mejor posicionada en el concurso de méritos promovido por la Consellería de Cultura para designar a un nuevo responsable.

Al igual que la danza, el teatro público gallego lleva siete meses sin cabeza visible tras la destitución de la anterior directora, Cristina Domínguez, y la situación podría prolongarse si prospera el veredicto de la comisión de valoración, de la que forman parte tres funcionarios y los actores Vicente Montoto y Ernesto Chao en representación del sector, al frente de la Asociación de Actores y Actrices de Galicia y de la plataforma empresarial Escena Galega.

Cendán es la candidata mejor valorada de los tres finalistas (el escritor y director teatral Antonio Simón y el sociólogo y performer checo David Šubík son las otras solicitudes admitidas) pero el baremo de sus méritos no suma 60 puntos. Al parecer, Cultura habría reconocido que el conjunto de exigencias era demasiado estricto y estaba dispuesta, en un primer momento, a nombrar a Cendán. Según definen las bases de la convocatoria, por debajo de ese umbral de puntuación el Consello de Dirección de la Axencia Galega das Industrias Culturais (Agadic) está autorizado para declararla desierta, y a esa facultad se acoge el tribunal para pedir que el concurso no se resuelva, se realice un nombramiento provisional para que la estructura pueda funcionar y se convoque un nuevo proceso de selección con otras bases que, a juicio de los representantes del sector, reflejen la realidad del teatro gallego. La discrepancia reside en la exigencia de una licenciatura universitaria como condición indispensable para optar al puesto.

Preparación

"Es cierto que una buena parte del sector es autodidacta y, sin cuestionar a las generaciones precedentes, no se puede obviar la cantidad de personas que se incorporan a esta profesión con estudios superiores, amplio conocimiento de idiomas y estancias en el extranjero, porque la formación de los actores también ha evolucionado mucho en los últimos años. Si alguien no estaba de acuerdo con los requisitos para un puesto que es de alta dirección debería haberlos impugnado", reflexiona Cendán, titulada en Geografía e Historia y Filología Alemana.