¿Qué hay detrás del Superior?

Muchos han sido los avatares que han vestido el tercer y definitivo proceso para nombrar al presidente del Superior. La elección de Juan Luis Ibarra ha despejado por sorpresa la principal incógnita de la judicatura vasca. Otras continúan en el aire. Es momento de reflexión. Los protagonistas son múltiples.

JUAN LUIS IBARRA Candidato de última hora

Ningún integrante de la terna tuvo claro hasta el último momento si presentarse al tercer proceso por el Superior. Juan Luis Ibarra no fue la excepción. Con los papeles preparados desde hacía tiempo, no se decantó por tomar parte en la carrera hacia el alto tribunal vasco, por segunda vez en su caso, hasta el instante final. Y no porque desconfiara en sus posibilidades. La aparición prematura de Juan Mateo Ayala como posible aspirante de consenso, antes incluso de que se cerrara el plazo de presentación de candidaturas y pese a que el propio protagonista ni siquiera lo había confirmado, hizo temer sobre un factible preacuerdo en el Poder Judicial.

El tiempo ha demostrado que Ayala no partía de cero, sino con cierta ventaja. Por su carácter neutral, era el favorito de los vocales nacionalistas y asumible, al mismo tiempo, para las otras dos corrientes ideológicas. Pero el acuerdo en torno a su figura no estaba cerrado. Los conservadores preferían a Ibarra y supieron manejar la Audiencia de Guipúzcoa como contrapeso en la negociación. Consciente de los vuelcos a los que acostumbra el Consejo, el ahora presidente electo optó por probar fortuna y la ha encontrado.

JUAN MATEO AYALA Fuera también del Cendoj

Al igual que Jaime Tapia en los dos procesos anteriores, Juan Mateo Ayala se vio por momentos en la presidencia del Superior, pero se ha quedado finalmente con la miel en los labios. El mazazo psicológico ha sido en esta ocasión para él, que confiaba en suplir con el alto tribunal vasco su forzosa despedida del Centro de Documentación Judicial (Cendoj). El calendario le acompañaba y parecía un factor que podía jugar a su favor como candidato, pero la entrevista pública le jugó una mala pasada que a la postre se ha traducido en la negociación.

Ayala dejará la dirección del Cendoj en los próximos días debido a la ley que fija un máximo de diez años de ejercicio en servicios especiales, lejos de la jurisdicción. En breve regresará como magistrado a su puesto habitual en la Audiencia de Vizcaya. El relevo al frente del organismo se lo dará el que hasta ahora ha sido su segundo, Joaquín Silguero.

JAIME TAPIA ¿Aspirante a la Audiencia?

La tercera ha sido la vencida, pero sólo para el Superior. En el caso de Jaime Tapia, el refrán cambia: no había dos sin tres. Esta vez lo tenía asumido y no ha caído en la decepción. Sí en el descrédito hacia los vocales del Poder Judicial y sus criterios de negociación. El único candidato progresista de la terna tampoco confirmó hasta el final su presencia en la lucha por el alto tribunal vasco. La Audiencia de Álava figuraba también en su horizonte. Se decantó por el primero y no le ha dado resultado.

Escaldado como ha salido, a día de hoy son escasas las opciones de que Tapia ejerza la representación progresista en la pugna por la presidencia de Vitoria, plaza en la que ejerce como magistrado. Máxime, cuando ningún vocal de su asociación le ha respaldado para el Superior. Pero tampoco es descartable su candidatura. Su natural ambición y persistencia en la persecución de objetivos abren la puerta a tal posibilidad. Las negociaciones entre la derecha y la izquierda ideológica del Consejo podrían resultar fundamentales en uno u otro sentido.

GUIPÚZCOA Y ÁLAVA Posible intercambio

Después de comprobar el cambalache entre el Superior y la Audiencia de Guipúzcoa, nadie descarta una futura relación entre la plaza donostiarra y su homóloga en Álava, pendiente aún de la convocatoria. Tras la colocación de candidatos ajenos a las dos asociaciones mayoritarias en Vizcaya y el alto tribunal vasco, el escenario prevé una fuerte batalla entre progresistas y conservadores por recuperar parte del terreno perdido. Se antoja un posible intercambio, pero no se prevé fácil de pactar.

BANCADA CONSERVADORA Punto sin premio gordo

El sector conservador se ha apuntado el tanto de la carrera por el Superior. No ha conseguido renovar a Fernando Ruiz Piñeiro, pero ha forzado la elección del candidato de la terna que más se adaptaba a un perfil de continuidad. Su voto en bloque en el Consejo lo dejó bien claro. La maniobra de última hora que destapó la Audiencia de Guipúzcoa como un as en su manga resultó estratégicamente brillante. Pero los progresistas no han sido los grandes derrotados. Su imagen de responsabilidad al desbloquear el proceso podría servir de argumento para exigir más adelante un gesto a modo de intercambio.

SECTOR NACIONALISTA Débil y fuerte a la vez

Ibarra sólo era inasumible para el sector nacionalista del Poder Judicial. Partidarios de Ayala en este proceso, sus consejeros apostaron por Manuel Díaz de Rábago en el previo. Pero pese a pactos previos, sus gestiones no han terminado de dar resultado y, ante la falta de apoyo progresista, no han tenido más remedio que tragar con el aspirante de la terna que más contrario se presentaba a sus intereses, debido a los roces que mantuvo con el anterior Gobierno del PNV.

Su debilidad como grupo minoritario ha quedado patente en el País Vasco, pese a ser uno de sus escenarios prioritarios. Su fortaleza, en cambio, radica en la elección de audiencias, que sólo requieren de 11 votos para el nombramiento. Lo demostraron el miércoles al bloquear la de San Sebastián. Y harán valer su peso como llave en las negociaciones para tratar de impulsar a algún candidato afín en las próximas convocatorias de Guipúzcoa y Álava. Un ingrediente añadido al tirante duelo que se espera entre las corrientes progresista y conservadora.