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Columna
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Césares andaluces

El presidente del Partido Popular de Andalucía, Javier Arenas, anda cada vez más ocupado en lavar la imagen de su marca. Ante cada asunto de corrupción en el que algunos de sus dirigentes aparecen implicados, hace como que coge el toro por los cuernos, que le preocupan estos hechos. Pero, en lugar de abordarlos, desvía la atención hacia otros casos de corrupción política o urbanística. Es un maestro en estas lides. Tiene tanta maestría en blanquear los casos de corrupción que afectan a dirigentes de su partido como en enturbiar la decencia y la honestidad de sus adversarios políticos. No se aparta del guión. Es como aquellos césares romanos que condenaban o indultaban a los gladiadores en función de lo que deseaba la marabunta y no en razón de su hacer en la arena. Su pulgar -que no es el dedo que enseña José María Aznar en sus alardes- es el que señala quiénes son inocentes y culpables, y los señalados, al igual que aquellos gladiadores, si lo son con el pulgar hacia abajo, que se vayan buscando otras formas de vida. Al menos, es lo que intenta.

Además, lo hace a las claras. No se esconde y en este camino le resulta indiferente lo que decidan las instituciones. Si la Administración de Justicia coloca a algunos de sus dirigentes en el punto de mira, hace un discurso de inocencia o de persecución. Si esta misma Administración coloca su punto de mira en sus adversarios, dice y hace otra cosa, como es condenarles públicamente sin evidencias, de lo que el caso Matsa es el mejor ejemplo. Se emplea y se manifiesta sin rubor dejando caer que el Gobierno utiliza a jueces y fiscales, como si los jueces y fiscales se dejaran utilizar, salvo para ellos mismos, por este Gobierno para sus fines partidistas.

La semana pasada, hemos conocido que la Fiscalía Anticorrupción acusa al alcalde de Alhaurín el Grande, Juan Martín Serón, y al concejal de Urbanismo -ambos del PP-, amén de otras 17 personas, de los delitos de prevaricación y cohecho continuado. No están imputados. Están acusados. Los hechos delictivos que les atribuye la fiscalía son los de cobrar 80 euros por metro cuadrado de más en las construcciones y otros 6.000 euros por vivienda adicional. Pues bien, Javier Arenas, en lugar de hablar y actuar políticamente sobre este caso de corrupción, guarda silencio. El alcalde continúa como alcalde y el presidente del PP andaluz tolera su militancia en un partido que dice va a limpiar de actuaciones de esta naturaleza. Hace como aquellos césares, apunta su dedo hacia arriba y que la Justicia diga misa.

No habla, señala, cambia la dirección y se emplea en otros personajes de los que pueda sacar partido. Es su estrategia. Y en esta estrategia, para desdibujar la responsabilidad de algunos de sus dirigentes, habla del caso Poniente. Dice que es el caso más grave -y grave, lo es- que ha conocido en décadas. Esto en el mismo día que acusan a este alcalde y al concejal de Urbanismo, militantes de PP en Andalucía, se despacha a gusto con otros temas y al tiempo que trata de quitar gravedad a otros imputados de su partido, deja caer la frase de que "algún partido importante, de muchos años, tendrán que empezar de cero en la provincia de Almería", cuando a día de hoy ningún miembro del PSOE está imputado. De nuevo blanquea su fachada y ensucia la de los demás.

Esta estrategia la practica sin descanso, pues no cabe presumir tanta ignorancia ni criterios tan dispares en función de que imputados y acusados pertenezcan a uno u otro partido. No cabe presumirla, por lo que está demostrando a las claras un alto grado de irresponsabilidad en la forma de abordar cuestiones delictivas análogas. La inocencia o la culpabilidad no pueden ventilarse, como hace, en razón de la militancia, sino en función del interés de la sociedad y de la Justicia. Y lo hace ya con tal grado de descaro que da la impresión que piensa que los andaluces en general pueden tragar cuanto les dice. Sin embargo, no parece que tenga motivos para pensar -después de tres derrotas en las autonómicas- que con estos principios tenga una oportunidad seria de ganar las próximas elecciones en Andalucía.

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