_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Terroristas españoles

Lluís Bassets

El resbalón es mayúsculo, de los que quedan grabados en la memoria. Confundir a cinco bomberos catalanes con un comando de ETA le puede suceder a cualquiera. Pero tenerlos grabados por una cámara fija y difundir sus imágenes sin hacer antes todas las comprobaciones pertinentes va mucho más allá de lo que aconseja la más elemental prudencia. Algo tendrán que ver las prisas del Ministerio del Interior francés y la aguerrida actitud del presidente Sarkozy frente a ETA con la segunda vuelta de las elecciones regionales que se celebraba ayer, en la que se confirmó la zurra propinada por el electorado al partido presidencial una semana antes.

El ansioso presidente francés y sus servicios de policía no han sido los únicos salpicados por tamaña metedura de pata. También nos hemos lucido periodistas y medios de comunicación, con especial aplicación y sentido circense los que disponen de menos inhibiciones para frenar su hambre de sensación. Hay primeras páginas de este pasado sábado que no tienen desperdicio. Policías y jueces viven permanentemente asaltados por la tentación del espectáculo, que suele tener excelentes receptores en los periodistas. Eran evidentes el impacto y la fuerza de un vídeo en el que aparece un tipo con todo el aspecto de ser el jefe de la banda, rodeado de sus guardaespaldas, dos que le abren paso y dos que le cubren la retirada. Aunque fuera una sola y corta secuencia, estas imágenes tenían la virtud de la elipsis: ahí estaban comprando, quizás, material para su asalto, poco antes del robo y de la muerte; era la misma elisión, aunque con menos extensión e intriga, que encontramos en el vídeo de Dubai, donde aparecen los supuestos agentes del Mosad en los seguimientos del jefe de Hamás y la preparación de su asesinato.

Nadie hasta ahora había designado a los etarras con palabras más exactas que Nicolas Sarkozy en Dammarie-lès-Lys

Pero la hojarasca del anecdotario no debiera desviar nuestra atención del bosque, de los hechos sucedidos esta pasada semana. ETA realizó una acción espectacular en las proximidades de París, de significado todavía no aclarado, que terminó muy mal para todos, sobre todo para la banda y desgraciadamente para el gendarme Jean-Serge Nérin. Fue detenido un etarra; por primera vez, un gendarme francés cayó acribillado y muerto a manos de los etarras, y la organización terrorista no consiguió culminar satisfactoriamente el robo de coches tal como se proponía. Da toda la impresión de que la banda terrorista pagará muy cara esta actuación, que representa el momento de mayor identificación entre Madrid y París en el combate antiterrorista.

Las palabras de Nicolas Sarkozy, en su visita a la comisaría de Dammarie-lès-Lys el pasado jueves, para dar ánimos a los compañeros del gendarme asesinado, no pueden ser más preocupantes para los terroristas: "Francia no se va a dejar intimidar por los terroristas españoles. España es una democracia y nosotros estamos a su lado. Que ETA sepa que la policía francesa se va a movilizar de forma total y sin piedad contra ella". Si hacemos abstracción de la mensajería electoral que también contienen la visita y las palabras, ni siquiera el presidente francés conoce el profundo alcance del léxico escogido para hablar de los asesinos. Nadie hasta ahora les había dicho con tanta exactitud lo que son, desgajándolo de cualquier significación (en alguna medida justificación, por tanto) política o identitaria de sus viles acciones. Ellos sabrán por qué matan, pero no vamos a reconocer que lo hagan por ser militantes de causa alguna ni por ser vascos.

Fue un gendarme jubilado quien oyó a los bomberos en el supermercado. Nos han contado que hablaban catalán, pero el buen señor creyó que hablaban español, cuando lo propio de unos militantes (palabra utilizada todavía con frecuencia por la prensa francesa) del Movimiento de Liberación Nacional Vasco (palabras de Aznar) sería que hablaran euskera. Pues no, eran pacíficos bomberos catalanes, confundidos con peligrosos terroristas españoles. Chapeau, monsieur le président! Quizás no ha acertado en nada esta semana nefasta electoralmente para usted y su partido, pero sí acertó en la elección de las palabras. Que no es poco.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_