Turquía amenaza con deportar a 100.000 trabajadores armenios

Ningún tabú desata más la irritación del nacionalismo turco que la sola mención del genocidio armenio. En una ruda reacción política, el primer ministro Recep Tayyip Erdogan ha amenazado incluso con deportar a los 100.000 sin papeles armenios que trabajan en Turquía. Sus declaraciones del martes al servicio en lengua turca de la BBC se producen en un clima de reconocimiento histórico internacional de la matanza de cientos de miles de armenios cristianos en 1915. Tras las votaciones de condena del genocidio armenio en el Congreso de EE UU y en el Parlamento sueco, el Gobierno de Ankara ha retirado a sus embajadores en Washington y Estocolmo.

"En mi país hay 170.000 armenios, de los que 70.000 son ciudadanos turcos. Ahora cerramos los ojos ante los otros 100.000", dijo Erdogan durante su visita oficial a Londres. "¿Y qué voy a hacer mañana con ellos? Si es necesario, les diré que regresen a su país", advirtió.

La matanza de 1,5 millones de armenios en plena descomposición del Imperio Otomano durante la I Guerra Mundial es uno de los episodios más negros en la historia contemporánea de Turquía. En contra del criterio de la mayor parte de los historiadores, los gobernantes de Ankara se han empeñado en negar la existencia de un genocidio, y califican los hechos de enfrentamientos armados entre civiles turcos y grupos armenios.