La izquierda francesa irá unida a la segunda ronda de las regionales
La izquierda acudirá de la mano a la segunda vuelta de las elecciones regionales en Francia, que se celebrarán el domingo. Tras 40 horas de negociaciones en un hotel del centro de París, con amagos de acuerdos, desmentidos posteriores, desacuerdos y portazos, el Partido Socialista francés (PS), Europa Ecología y el Frente de Izquierda llegaron ayer a un acuerdo global y presentarán listas compartidas en la mayoría de las 22 regiones en liza. La consigna es barrer al maltrecho centro-derecha de Sarkozy, que ha cosechado en la primera vuelta el peor resultado de la derecha en la V República. Los conservadores sólo gobiernan ahora en dos regiones: Alsacia y Córcega.
Los porcentajes obtenidos en la primera ronda auguran un triunfo incontestable de la izquierda el domingo: el PS, con un 29,4%, se ha convertido en la primera fuerza política del país; Europa Ecología, con un 12,5%, se confirma como la tercera. Y el Frente de Izquierda, que agrupa, entre otras formaciones, al Partido Comunista Francés, se ha aupado con el 6,1%. En el otro lado, la Unión por un Movimiento Popular (UMP) de Sarkozy, que acudió unida con sus aliados de centro-derecha, se quedó en un exiguo 26,1%.
Socialistas y ecologistas acudirán por separado sólo en Bretaña
A pesar de la maratoniana reunión, la izquierda no logró un acuerdo redondo: los ecologistas y los socialistas acudirán por separado en Bretaña. Con todo, los resultados de la primera vuelta en esta región permiten al PS acudir sin ayuda a la segunda. Tampoco hay acuerdo entre el PS y el Frente de Izquierda en Limousin. Como en Bretaña, tampoco es técnicamente necesario.
Sin embargo, sí que lo es en la simbólica región que engloba París y su corona metropolitana. Y se ha logrado. "Todo esto significará un impulso nuevo de cara a la segunda vuelta", resumió el portavoz del PS, Benoit Hamon.
Mientras, en el centro-derecha comienzan las fisuras. Noqueados por el alcance de la derrota, los dirigentes del partido de Sarkozy han tardado en reaccionar. Pero ya empiezan a oírse las primeras voces críticas dentro de una formación que hacía semanas estaba convencida de su potencial. Se esperaba una derrota en las regionales, pero no de este alcance.
Alain Juppé, primer ministro durante el mandato del presidente Jacques Chirac, manifestó ayer que "se impone una reflexión sobre el ritmo de las reformas (...) y la manera en que pueden ser mejor comprendidas y aceptadas por una población que con la crisis se encuentra perdida".
Sarkozy, que había prometido que las elecciones regionales "tendrían sólo consecuencias regionales", ha cambiado de opinión. Según Le Monde, planea ya reestructurar la UMP de cara a las cruciales elecciones presidenciales de 2012, en las que se jugará la reelección.
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