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Crónica:SEVILLA 1 - CSKA DE MOSCÚ 2 | LIGA DE CAMPEONES | Vuelta de los octavos de final
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Sevilla juega sin grandeza

Un buen CSKA elimina a un conjunto andaluz acomplejado al que condenó un error de Palop

Rafael Pineda

Rácano por el planteamiento de su entrenador y acomplejado por el carácter de unos futbolistas que dejaron escapar una ocasión histórica, el Sevilla cayó eliminado con justicia ante un CSKA que jugó bien sus bazas anoche y que, además, se encontró con un regalo del hasta ahora infalible Palop que certificó su pase al selecto club de los ocho mejores equipos de Europa. Se desgarró Nervión por la derrota de su equipo, muy sólido hasta ahora en la Liga de Campeones, aunque en el fondo la afición era consciente de que la historia de 2007, cuando se cayó ante otro rival inferior en octavos de la Champions, el Fenerbahçe, podía volver a repetirse. Eliminó al Sevilla un buen equipo, que afrontó la eliminatoria casi en pretemporada -jugó la ida después de dos meses y medio sin jugar ningún partido- y que desnudó las carencias de su entrenador, Manolo Jiménez. Ayer pudo cavar su tumba como técnico del Sevilla de cara a la próxima temporada. Esta vez no le salvaron Palop ni Luis Fabiano.

SEVILLA 1 - CSKA DE MOSCÚ 2

Sevilla: Palop; Stankevicius, Fazio, Dragutinovic, Fernando Navarro (Adriano, m. 74); Zokora, Renato (Negredo, m. 70); Navas, Perotti, Capel (Kanouté, m. 46); y Luis Fabiano. No utilizados: Varas; Lolo, Escudé y Duscher.

CSKA: Akinfeev; Aleksei Berezutski, Vasili Berezutski, Ignashevich, Schennikov; Semberas, Aldonin; Krasic (Odiah, m. 72), Honda (Rahimic, m. 82), Mark González (Mamaev, m. 87); y Necid. No utilizados: Chepchugov; Oliseh, Dzagoev y Guilherme.

Goles: 0-1. M. 38. Necid. 1-1. M. 40. Perotti. 1-2. M. 55. Honda.

Árbitro: Viktor Kassai (Hungría). Amonestó a Aleksei Berezutski, Luis Fabiano, Schennikov, Mark González y Semberas.

Unos 37.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.

El equipo nunca fue de verdad a por el partido y dejó escapar una ocasión histórica
Cuando Jiménez intentaba corregir su rácano planteamiento, llegó el fallo del meta
El miedo se apoderó del grupo sevillista y el CSKA se sintió cada vez más cómodo
Sin espacios para Navas, Perotti y Capel, nadie sabía qué hacer con el balón
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En definitiva, se volvió a sufrir algo varias veces visto en el Sánchez Pizjuán. Un conjunto que no juega a nada, que nunca va de verdad a por los partidos y cuya apuesta se limita a las carreras de Navas y el acierto de sus delanteros. En España, puede valer con tres o cuatro pinceladas de sus estrellas para cumplir el objetivo. En Europa, nadie perdona, aunque enfrente esté un rival de la Liga rusa. Una pena para la afición andaluza y un estilete en el corazón de un presidente, José María del Nido, cuyos aires de grandeza sufrieron ayer una andanada directa. Sufre también, por añadidura, una Liga española empobrecida, también acomplejada ante la Europa futbolística. La Liga sólo tendrá, como mucho, un representante en cuartos, si hoy se clasifica el Barcelona.

A palabras necias, oídos sordos, debió de pensar Manolo Jiménez a la hora de gestar la alineación de cara al partido fijado como antesala de la gloria. El preparador andaluz, fue, no obstante, fiel a su ideario a pesar de las continuas descargas de un entorno que prácticamente le exigía jugar con Kanouté y Luis Fabiano en la delantera.

Por eso Jiménez privó al propio Kanouté y a Negredo de un partido de este calibre para poblar su defensa de hombres de envergadura y un centro de campo repleto de jugadores jóvenes y veloces. Con Zokora de guardaespaldas, Jesús Navas, Perotti y Diego Capel afrontaron el encuentro con la misión de irrumpir en velocidad para superar a las torres rusas.

Un equipo ideado para el asalto, quizás para el contragolpe, ni de perfil tan conservador como en realidad desea el técnico, pero con futbolistas muy veloces, capaces de buscar continuamente el uno contra uno e incluso el balón en largo al espacio. No existió, por lo tanto, la deseada metamorfosis en el ideario del preparador.

En citas como la de ayer, con lo que hay en juego, tanto se premia la valentía como el sentido común para manejar bien los tiempos de un partido que se afronta con un resultado favorable en la ida. Sin excusas posibles para encarar un choque de altura, pronto se desplegaron las intenciones del Sevilla. Una gran jugada de Navas dejó solo a Luis Fabiano, quien disparó a las manos de Akinfeev a los tres minutos. Fue un espejismo. Tan pronto como el miedo atenazó el cerebro de los jugadores del Sevilla, el CSKA se fue sintiendo cada vez más cómodo. A pesar de tanto jugador habilidoso, el conjunto andaluz nunca fue de verdad a por el partido, lo que convirtió el choque en escenario propicio para la táctica de los rusos.

Sin espacios para Navas, Perotti y Capel, el Sevilla no sabía qué hacer con el balón, que acabó siendo patrimonio del CSKA. Tan previsibles como inocuos, con Luis Fabiano peleado con el mundo, los hombres de Jiménez cedieron terreno, con demasiada espesura en sus ideas. Si bien Zokora se multiplicaba en las ayudas, su despiste a la hora de cerrar a Honda en el área tras un saque de banda habilitó a Necid, quien concretó el gran objetivo del CSKA, marcar en el Sánchez Pizjuán.

Ante su escasez de recursos frente a un equipo pertrechado en su campo, al Sevilla le bastó un pelotazo de Palop y la pillería de Navas para que Perotti se adelantara al guardameta ruso en la jugada del empate. Ya estaba calentando Kanouté en la banda. Ya se estaba preguntando Jiménez por qué su planteamiento, tan tímido como escasamente efectivo, no servía. Y salió Kanouté. Y falló Palop. Y se acumularon delanteros sin sentido para que el CSKA dilapidara las esperanzas del Sevilla. Y sin Dzagoev, la estrella rusa.

Palop falla en la acción del segundo gol del CSKA.
Palop falla en la acción del segundo gol del CSKA.EFE

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