Massa y el 'síndrome Hamilton'
Un adelantamiento como el de Bahrein desencadenó la guerra entre Alonso y el británico
Un adelantamiento entre dos compañeros en la segunda curva de la primera carrera del Mundial de fórmula 1 suele crear problemas. Fue exactamente lo que ocurrió en el Gran Premio de Australia de 2007, cuando Fernando Alonso debutaba como gran estrella del equipo McLaren y el novato Lewis Hamilton le pasó por el interior recibiendo un aplauso unánime en el pabellón de la escudería británica. En aquel momento se inició una batalla campal que duraría hasta la conclusión del campeonato y que finalizó con la rescisión del contrato del piloto español. Este pasado domingo, la situación se reprodujo en Ferrari. Alonso, recién llegado, superó a Felipe Massa en cuanto vio la ocasión. Pero esta vez no hubo aplausos ni comentarios que cuestionaran la calidad ni el liderazgo de ninguno de los dos pilotos dentro de la escudería.
El brasileño ha cedido protagonismo en Ferrari, pero es tan rápido como el español
Al contrario. Ni Massa ni Alonso quieren avivar una chispa que pueda causar incendios internos. Ambos huyen, por el momento al menos, de las discusiones e intentan mantener un ambiente de cordialidad en el seno del equipo. Los dos se aplican una premisa fundamental en Ferrari, que el propio Luca Cordero de Montezemolo, el presidente del cavallino, les ha machacado: "El equipo está por encima de los dos pilotos". Por eso, el adelantamiento de Alonso a Massa en Bahrein fue lo más limpio posible. El doblete que consiguieron, el primero de la escudería roja desde 2008, les dejó contentos a los dos. Y Massa no sólo no entró en trifulcas de ningún tipo, sino que, tras la carrera, se abrazó a Alonso para felicitarle.
"Yo creo que entre nosotros hay un gran reconocimiento profesional. Salí peor que Fernando y, cuando me atacó en la primera curva, respetó mi posición y mi preferencia. Y en la segunda fui yo quien aceptó que estaba mejor situado y que debía cederle la preferencia", comentó el brasileño. "Lo más importante es que los dos acabamos en cabeza y que sumamos muchos puntos para el equipo", agregó.
Ferrari se reencontró con el triunfo en el primer compromiso del año tras una temporada en la que Massa sufrió un grave accidente en Hungría, el equipo sólo consiguió una victoria -Kimi Raikkonen, en Bélgica- y todos la consideraron un fracaso. Había que lavar la imagen. Y tanto Alonso como Massa lo hicieron. "Los números hablan por sí solos. Ahí está su primer resultado. Es la mejor forma de iniciar esta relación con nosotros", resaltó Stefano Domenicali, el director de la escudería, sin dar más matices.
Parece difícil que, llegado el caso, Massa pueda causar tantos problemas a Alonso como en su día Hamilton. En primer lugar, porque Ferrari necesitaba más que nunca a un líder y no tuvo ningún reparo en tirar la casa por la ventana, y de paso a Raikkonen, para contratarle. El papel que jugaba el británico en McLaren no tiene nada que ver con el que el brasileño desempeña en la estructura italiana. Pero también es evidente que el paulista no será tan fácil de domesticar como Jarno Trulli, Giancarlo Fisichella o Nelsinho Piquet, por nombrar a tres de los compañeros que ha tenido el ovetense en Renault.
Los diarios italianos lanzaron ayer todo tipo de elogios al equipo y pusieron énfasis en Alonso. "Tenemos una escudería más italiana, que ha hecho un F10 velocísimo en la calificación, eficaz en la carrera y capaz de adaptarse a los cambios reglamentarios. Con un director de orquesta en la pista como Fernando Alonso, el Mesías que Maranello ha estado esperando demasiado tiempo y que en la primera ocasión marcó la diferencia", escribió el jefe de rúbrica de la F-1, Pino Allievi, en la Gazzetta dello Sport, convirtiéndose en el paradigma del sentimiento que ha despertado Alonso en Italia.
Alonso ya es el rey en el equipo. Se ha convertido en el referente de la Scuderia y ha arrebatado una parte importante de protagonismo a Massa. Pero el brasileño sigue siendo un piloto muy querido en Ferrari y tan rápido como él en la pista.
El pasado domingo, Massa digirió bien el triunfo de Alonso. "Si no hubiera perdido la segunda posición en la salida, tampoco habría ganado porque mi motor se sobrecalentó y tuve que bajar de revoluciones y controlar el consumo", reconoció incluso. Pero ¿pasará lo mismo si es Alonso quien deba cederle el paso y felicitarle por la victoria? En el contexto actual, sí. Cuando se esté decidiendo el título, todo será mucho más impredecible.
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