Nafarroa Bai se enfrenta a su futuro

Seis años después de que la coalición Nafarroa Bai (NaBai) se presentase por primera vez a unas elecciones, las generales de 2004, y diese la sorpresa consiguiendo una diputada, que repitió en 2008, la coalición se halla inmersa en una crisis que sus socios (Aralar, el PNV, EA, Batzarre e independientes) ni pueden ni, parece, quieren esconder. Las desavenencias públicas que han mantenido casi desde su inicio y, sobre todo, en los últimos meses han llevado a sus integrantes a optar en ocasiones por caminos diferentes, que pueden desembocar en el fin de su colaboración. El plazo público dado por Aralar para que el resto de socios tome partido sobre el futuro de NaBai concluye hoy, aunque no está prevista en la agenda ningún tipo de reunión.

La coalición no tiene prevista ninguna reunión oficial hasta el próximo jueves

Lo que está en juego es la reedición en 2011 de una candidatura que consiguió en las autonómicas de 2007 convertirse en la segunda fuerza en Navarra. Fue precisamente Patxi Zabaleta, coordinador general de Aralar, la formación dominante en la coalición, quien a principios de mes mostró sus dudas sobre si Nafarroa Bai se presentaría de nuevo con igual "marca". "Las coaliciones son uniones temporales de fuerzas políticas que se extinguen por imperativo jurídico cuando se acaba la legislatura", subrayó.

Las posturas enfrentadas en ciertos asuntos, como el peso de cada partido en la dirección, el papel de los independientes, el candidato a la presidencia foral o la posibilidad de que IU y la izquierda abertzale radical se unan a NaBai, han puesto de manifiesto desavenencias internas de calado. Las diferencias también han asomado al mantener un discurso homogéneo en cuestiones como el apoyo explícito a las fuerzas policiales en ocasión de atentados o detenciones de etarras.

Las afirmaciones públicas de sus socios apuntan a día de hoy que todos siguen apostando por la misma estrategia para lograr el cambio político en Navarra, pero el debate se ha sostenido principalmente en los medios de comunicación, con duros cruces de declaraciones. Los dirigentes de Aralar han sido los más críticos con la situación actual. Para ellos, sería conveniente acordar primero las bases políticas e ideológicas y el programa para 2011, para después encarar el debate más difícil, el de la organización interna. La Permanente de la coalición (su máximo órgano directivo) está integrada de forma paritaria por representantes de los partidos e independientes. Todos tienen el mismo peso en las decisiones.

El acercamiento en Euskadi entre EA y la ilegalizada Batasuna, tras el hundimiento de la primera en las autonómicas vascas, ha levantado recelos en Aralar, que ha acusado a esa formación de "jugar a dos bandas". EA achaca esas palabras "a las ansias de poder" de Aralar e insiste en que en Navarra su apuesta es NaBai.

Al tiempo, fue el propio coordinador navarro de Aralar, Txentxo Jiménez, quien a fines de febrero invitó de forma unilateral a la ilegalizada Batasuna a incorporarse a NaBai si aceptaba "las bases de la coalición, la defensa inequívoca de todos los derechos humanos y el rechazo explícito a cualquier forma de violencia".

Esta propuesta sorprendió supuestamente a sus socios. La mayoría no se pronunció al respecto. Sólo Batzarre se mostró contundente. Su parlamentario foral Ioseba Eceolaza advirtió a Aralar de que no cabe la colaboración con los radicales "mientras estén en entredicho derechos humanos". A su juicio, lo ideal sería sumar a IU a la coalición. El PNV, en un segundo plano en toda esta polémica, se ha limitado a recalcar su apuesta por la fórmula actual.

La diputada en el Congreso y concejal en Pamplona, Uxue Barkos, independiente, cree que la solución pasa por la "voluntad política" de sus miembros, pues la crisis se debe a "intereses partidistas y electoralistas y no por diferencias ideológicas".

Parece que los últimos enfrentamientos no han impedido los contactos bilaterales conforme se acercaba el 15 de marzo, hasta lograr avances en algunos puntos. Con todo, lo único claro es que el futuro de la coalición es incierto y que dicha incertidumbre es muy probable que tampoco desaparezca más allá de las conclusiones que puedan sacarse en los próximos días. De hecho, no hay ninguna reunión oficial prevista hasta el jueves, cuando, como cada semana, se reúna la Permanente de la coalición.