Francia halla en Toulouse el cuerpo de Jon Anza, muerto de un infarto en mayo
Una campaña de ETA culpaba a las Fuerzas de Seguridad de su desaparición
Nada de nuevo episodio de guerra sucia contra ETA. Lo que acabó con la vida de Jon Anza -de cuya desaparición, tortura, asesinato y enterramiento ilegal acusaba la banda a los cuerpos de seguridad españoles o franceses- fue un infarto. El cuerpo del etarra fue hallado por la policía francesa en un depósito de cadáveres de Toulouse, donde permanecía desde su muerte, que se produjo el 11 de mayo de 2009. Anza, que desapareció el 18 de abril tras coger un tren en Bayona en dirección a esa ciudad, fue recogido por los servicios sanitarios de esa ciudad en un parque con síntomas de haber sufrido un ataque cardíaco y sin documentación. Falleció 13 días después y, desde entonces, nadie lo había reclamado.
El hallazgo se produjo tras un cruce entre las bases de datos de desaparecidos en Francia con el listado de cadáveres sin identificar. La identidad de Anza fue confirmada gracias a las huellas dactilares y a la ropa, que coincide con la que llevaba cuando desapareció. Entre sus enseres se encontraron dos billetes de tren, uno de los cuales correspondía al trayecto Bayona-Toulouse del 18 de abril, día de su desaparición, informa Vasco Press.
Por otro lado, ETA ha retomado la extorsión a empresarios. Desde finales de año en el País Vasco y desde hace dos semanas en Navarra, la banda ha hecho llegar decenas de cartas y también realizado llamadas intimidatorias, algunas desde Francia. Además, la fiscalía ha solicitado 900 años de cárcel para los etarras Igor Portu, Mattín Sarasola y Mikel San Sebastián por el atentado contra la T-4, en el que murieron dos ciudadanos ecuatorianos.
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