Los profesores convierten a Morcillo en rector de la Universitat de València

Los profesores dieron ayer su confianza a Esteban Morcillo y lo llevaron al rectorado de la Universitat de València. El catedrático de Farmacología, de 59 años, logró casi el doble de apoyo que María Antonia García Benau entre el Personal Docente Investigador (PDI), el estamento que decide las elecciones universitarias. Frente a ese apabullante respaldo, la catedrática de Economía Financiera y Contabilidad logró una clara victoria entre los estudiantes y el Personal de Administración y Servicio (PAS), los mismos que le dieron el pase a la segunda vuelta. El peso conjunto de esos dos colectivos representa, sin embargo, el 35% del voto ponderado, y su apoyo es perfectamente compatible con la derrota.

El espíritu de 'fair play' se resumió en el caluroso abrazo de los candidatos

"La casa continúa, la universidad sigue y hay que trabajar", dice el rector Tomás

El triunfo de Morcillo, con el 57% del voto ponderado, lo es también, en cierto modo, del actual rector, Francisco Tomás, y de la senda tomada hace ocho años por la institución. Un proyecto que apuesta por el perfil profesional antes que por la dimensión política que la Universitat tuvo durante muchos años. Y que trata de sacarla de ciertos debates (o al menos reducir su protagonismo) para concentrarse en la docencia y la investigación, los campos naturales de actividad de cualquier universidad, así como mejorar su imagen ante el conjunto de la sociedad valenciana.

La derrota de García Benau certifica el fracaso de las opciones que levantaron la bandera del cambio, perdidas por su dispersión e incapacidad para alcanzar un pacto tanto antes como después de la primera vuelta. Sus promotores tienen cuatro años (si no ocho, dado que es costumbre en la casa no discutir el segundo mandato) para extraer conclusiones del resultado.

Los votos que Morcillo consiguió (el 36%) en la primera vuelta, cuando el número de opciones era mayor, y el respaldo (42,7%) que García Benau logró ayer, obligarán al profesor de la Facultad de Medicina a realizar un esfuerzo de atención hacia el resto de corrientes universitarias si quiere ejercer un liderazgo fuerte en una universidad cohesionada. A pesar de algunos rumores malintencionados que corrieron en campaña, Morcillo parece la persona adecuada para hacerlo, a la vista de su acreditada capacidad para llegar a acuerdos.Su victoria goza, en todo caso, de una incuestionable legitimidad: obtuvo 33,28 puntos porcentuales entre los profesores con vinculación permanente frente a los 17,72 de la candidata. El sistema concede a este estamento un 51% del voto ponderado. Y su participación de ayer volvió a ser histórica: un 86,75%. Una movilización que remite a las agitadas convocatorias de los años ochenta. "Sólo puedo explicar mi satisfacción por el resultado y por la inmensa participación que se ha registrado, casi la misma que en la primera vuelta. Y eso es muy importante. Lo que tenemos ahora por delante es una gran responsabilidad. Como ya he dicho, yo no he tenido rivales ni antagonistas, sino tres profesores y tres amigos que también han participado en las elecciones y a los que ahora vuelvo a expresar mi voluntad de consenso y de trabajar juntos", afirmó el nuevo rector de la Universitat.

El espíritu de fair play que ha presidido, salvo muy contadas excepciones, una campaña interminable se resumió en el caluroso abrazo en el que se fundieron García Benau y Morcillo justo después de conocerse el resultado, y que fue retransmitido por la web de la universidad. En una sala de actos del edificio de rectorado absolutamente llena, el rector saliente, Francisco Tomás, felicitó a los cuatro valientes que presentaron su candidatura e hizo una llamada a cerrar posibles heridas y mirar hacia adelante: "La casa continúa, la universidad sigue aquí y hay que trabajar".

La diferencia de Morcillo fue aún mayor en el segundo escalón del profesorado (8,74 puntos frente a 3,93 puntos de García Benau). La profesora de Economía venció en los otros tres estamentos, pero su victoria entre el alumnado fue finalmente de tan solo 2,7 puntos. Aunque muchos sindicatos universitarios han evitado pedir el voto directamente hacia uno u otro, las excelentes relaciones de Campus Jove (el más votado entre los alumnos) con el actual equipo rectoral, del que procede Morcillo, no son un secreto para nadie.

García Benau ganó de nuevo claramente entre el personal de administración (6,53 puntos frente a 3,47), pero su 10% de peso en el voto ponderado no pudo contrarrestar el vendaval de Morcillo entre el PDI. Acabado el recuento, el nuevo rector de la Universitat de València lograba 14,46 puntos sobre García Benau.

La candidata negoció hasta última hora el fin de semana con Antoni Furió y Vicent Soler una posible candidatura de integración, pero las posturas no llegaron a aproximarse lo suficiente. Aunque los dos ex candidatos no se lo pusieran fácil, García Benau subestimó probablemente la fuerza de Morcillo. Y tampoco calculó bien el mal recuerdo que ella misma dejó entre ciertos sectores docentes cuando fue vicerrectora de Profesorado (un cargo siempre complicado) en el equipo de Pedro Ruiz. La profesora fue más tarde secretaria del consejo de coordinación universitaria y directora de la UIMP en Valencia, pero ninguno de esos cargos sirvió para recuperar el feeling con ellos.

Las elecciones tienden a paralizarlo todo. Y Morcillo y la Universitat de València tienen mucho trabajo por delante. Primero, conseguir junto a la Politécnica el Campus de Excelencia Internacional. Segundo, concluir la adaptación de la oferta de títulos al modelo Bolonia y demostrar que en ese terreno no se ha cambiado todo para que continúe igual.