La cumbre anticrisis se desinfla

"Será un acuerdo de mínimos", advirtió ayer Josep Maria Álvarez, secretario general de UGT de Cataluña. Esto es todo lo que esperan los sindicatos de la cumbre anticrisis convocada el viernes por el presidente de la Generalitat, José Montilla. Y es que ya hay muchas promesas encima de la mesa, entre las del acuerdo estratégico y las del pacto de 30 medidas firmado en diciembre, la mayoría aún por cumplir, como para añadir más. "Aunque sólo sea un acuerdo de mínimos tendrá un gran valor, porque si se consigue que todos firmen la declaración conjunta, supondrá un mensaje de unidad hacia la ciudadanía", apuntó Joan Carles Gallego, secretario general de CC OO Cataluña.

Ambos líderes sindicales se reunieron con Montilla, pero sólo acudieron a trasladar su "predisposición para lograr una declaración de consenso", aunque no creen que sea fácil que todos los partidos se sumen a un documento conjunto cuyo borrador se redacta ahora. "Por eso pedimos mucha generosidad política. Sabemos que es complicado a ocho meses de las elecciones, pero es necesario", señaló Gallego, que pidió "responsabilidad". Éstos, de momento, no están por la labor y asumen que se saldrá de la cumbre sin pactos de calado.

La reunión la convocó Montilla para presentarla como el gran pacto logrado tras el pleno que el Parlament celebró hace dos semanas, dedicado exclusivamente a la crisis. El monográfico se cerró entonces con un solo acuerdo refrendado por unanimidad: la reunión del viernes. Sin embargo, los partidos afrontan la cumbre reprochándose mutuamente su actitud obstruccionista. Todos aseguran que se presentarán "con buena voluntad", aunque después cargan contra su antagónico. El Partit dels Socialistes y Convergència i Unió son el principal ejemplo. Miran hacia Madrid, pero no para acercar posturas tal como el PP y el PSOE, los partidos mayoritarios en España, han hecho en las reuniones del madrileño palacio de Zurbano. Los partidos catalanes se reprochan llegar a acuerdos en Madrid que no refrendan en Cataluña: CiU protestó el lunes porque el PSC rechazó una ley de morosidad en el Parlament que el PSOE aceptó en Madrid; los socialistas, en cambio, mantienen desde hace semanas que los convergentes prefieren llegar a pactos en el Congreso a hacerlo en el Parlament.

Oriol Pujol, portavoz parlamentario de CiU, añadió la reunión de ayer a su batería de críticas, asegurando que "todo estará acordado antes de la cumbre". "Nos preguntamos qué vamos a hacer en una reunión donde todo esté cerrado". El PP catalán también recriminó a Montilla que se reúna con los agentes sociales. Alicia Sánchez-Camacho, líder del partido en Cataluña, pidió que no acudan a la reunión "con un preacuerdo cerrado". El PSC, en boca de su portavoz parlamentaria, Carme Figueras, emplazó a CiU a dejar de lado los intereses electoralistas y a colaborar más con el Gobierno. "La oposición debe escuchar a Montilla igual que Montilla escucha a la oposición", sentenció.

Pese al pesimismo de los partidos y los sindicatos, Montilla continuará reuniéndose con los agentes sociales. Hoy les toca a las patronales Fomento, Pimec y Fepime despachar con el presidente y con el consejero de Economía, Antoni Castells.