Una nevada sume a Cataluña en el caos
Las previsiones no evitan el fallo de muchos de los servicios - El temporal paraliza carreteras, trenes, redes eléctricas y telefonía - Decenas de miles de personas quedan atrapadas - La Generalitat arremete contra Endesa y niega improvisación
Una tormenta de nieve prevista con 48 horas de antelación dejó ayer al descubierto todas las limitaciones de los servicios de Cataluña y puso a prueba la paciencia de cientos de miles de catalanes que, pese a los avisos de las autoridades, se lanzaron a unas carreteras convertidas en auténticas ratoneras. El colapso fue total y amenaza con convertirse en otra pesadilla para el Gobierno catalán, al que ayer empezaron a lloverle críticas por falta de previsión. Las complicaciones de una nevada que comenzó de madrugada en el interior de Cataluña superaron todos los límites previstos a primera hora de la tarde, cuando la nieve llegó a cuajar en Barcelona ciudad, cortó las dos principales autopistas de Cataluña, paralizó trenes y autobuses y dejó a más de 220.000 abonados sin luz al precipitarse sobre la autopista AP-7 una línea de alta tensión.
"Las quitanieves no dan abasto", admitía lacónicamente a última hora el secretario general del Departamento de Interior de la Generalitat, Joan Boada. Un ejemplo del desbordamiento se vivió en cuatro de los grandes hospitales catalanes, con tanta nieve acumulada en sus accesos que pacientes y personal no podían entrar ni salir de los mismos.
Los principales puntos negros fueron la provincia de Girona, donde se acumuló nieve por encima del medio metro, el área metropolitana de Barcelona y la autovía A-2 hacia Lleida. Casi 180 carreteras se vieron afectadas. Los accesos a Francia quedaron cortados desde la madrugada. Más de 3.000 camiones quedaron atrapados en el paso de La Jonquera. Unas 1.000 personas permanecieron atrapadas en varios trenes de la línea de Girona. A partir de mediodía todas las líneas de cercanías sufrieron interrupciones o fueron suspendidas, así como los autobuses regulares.
El caos fue mayúsculo en Barcelona. La nieve cuajó en el centro de la ciudad, algo que no habían previsto las autoridades. Un trayecto entre Badalona y el centro de Barcelona, que se suele hacer en 15 minutos, llegó a demorarse ayer hasta las cinco horas. A media tarde la zona alta de la ciudad estaba prácticamente incomunicada y miles de ciudadanos se veían obligados a llegar andando hasta sus casas con calles cortadas y sin transporte público. En Barcelona se habilitaron 3.000 plazas hoteleras a precios reducidos y 1.500 plazas en tres polideportivos para alojar a las personas retenidas en la ciudad; a las 23 horas sólo escasos turistas habían hecho uso de los polideportivos. Cerca de 140.000 alumnos se quedaron sin escuela y cuatro de los grandes hospitales vieron sus accesos cortados . La Generalitat aconsejó que hoy se anulen las clases. En Barcelona cerrarán las escuelas públicas ubicadas por encima de la Ronda de Dalt. Se prevén problemas con los teléfonos y el hielo.
El Gobierno catalán se reconoció colapsado, pero rechazó imprevisión. "Ya hemos ido avisando a la gente de que podía nevar de forma muy intensa, pero si no para no podemos limpiar las carreteras y arreglar las vías", dijo Boada. "Hay cosas que se pueden prever, lo que no se puede pronosticar es que caiga sobre la principal autopista de Cataluña un cable de alta tensión", añadió el responsable de Interior, que no se mordió la lengua cuando se le planteó cuándo se restablecería la luz a los 220.000 abonados afectados en Girona. "Cuando les hemos preguntado nos han contestado: no lo sabemos". Boada fue el cargo político que informó de los acontecimientos todo el día. El consejero de Interior, Joan Saura, permaneció en segundo plano. Josep Ramon Mora, director de Protección Civil, también tuvo dificultades para llegar a Barcelona porque su tren se averió. El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, no compareció hasta las nueve de la noche. José Montilla, presidente de la Generalitat, compareció también por la noche junto a Saura. Todos pidieron prudencia. El tráfico empezó a remitir a última hora y por la noche las carreteras y calles de Barcelona estaban desiertas.
CiU intentó sacar tajada de la situación. Su portavoz en el Parlament, Oriol Pujol, lamentó los "déficit de comunicación e información técnica y gubernamental" y ofreció la ayuda de CiU para resolver el caos. La de ayer es la nevada más importante en 25 años y la primera destacable en cotas bajas desde 2001, que ya desató una tormenta política.
Con información de: Francesc Arroyo, Meritxell Àlvarez, Ferran Balsells, Camilo S. Baquero, Helena Belmonte, Rebeca Carranco, Antia Castedo, Blanca Cía, Eva Clota, Anna Flotats, Jesús García, Josep Garriga, Miquel Noguer, Sira Oliver, Lluís Pellicer, Àngels Piñol, Maiol Roger, Sebastián Tobarra e Ivanna Vallespín.
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