Barcelona dibuja la nueva Diagonal
El Ayuntamiento planea una avenida con tranvía y dos carriles para coches - El tráfico del Eixample mejora la velocidad con un nuevo sistema de semáforos - La avenida de Sarrià y el tramo superior de Urgell cambiarán de sentido
Empieza la cuenta atrás hacia la consulta popular sobre el cambio del tramo central de la Diagonal y los técnicos municipales trabajan sin descanso. Su objetivo es llegar a mayo con dos propuesta claras y diferenciadas, aunque en la consulta se podrá optar por una tercera posibilidad que sea el rechazo a ambas. En las dos propuestas municipales, a las que ha tenido acceso EL PAÍS, el tranvía une las plazas de Francesc Macià y Glòries, aunque en un caso es por el centro y en el otro por un lateral. Ahora bien, en ambos casos se necesitan diversos cambios en otras vías para que el tráfico que hoy circula por la avenida pueda ser absorbido sin dificultad. Porque lo que está claro es que la nueva avenida quiere dar preferencia al peatón y al transporte público, el vehículo privado debe pasar a las otras vías del Eixample.
La nueva avenida da preferencia al peatón y al transporte público
Contra lo que se pueda pensar en un primer momento, los cálculos del equipo de Movilidad del Consistorio muestran que el cambio permite aumentar notablemente la velocidad media del tráfico. Ahora, en cada uno de los 29 cruces de la Diagonal con otras calles, el sistema semafórico debe tener tres fases: para la propia avenida y para las calles que la cruzan en horizontal (paralelo al mar) y en vertical (sentido mar-montaña o a la inversa). Esto implica que los conductores pasan en una fase y esperan en dos. Pero si la Diagonal tiene, preferentemente, transporte público, necesita mucho menos tiempo, esto hace que se pueda ampliar el paso en los vehículos que circulan por las calles de la cuadrícula. Resultado: mejora general del sistema. Además, los vehículos privados desviados no son tantos. Hoy, sólo el 8% de los coches que entran en Barcelona por Diagonal sur llegan hasta Pau Claris. Los demás se desvían antes hacia el Eixample o los distritos de montaña.
El Ayuntamiento de Barcelona ha realizado diversos recorridos con vehículos especiales que suministran luego datos a los ordenadores con el objetivo de disponer de la información actualizada y simular la que se daría en 2018 con reforma y sin reforma.
Hay calles que, si no se acomete un cambio en el actual sistema de tráfico, se encaminan sin remedio hacia el colapso. Tramos de Gran Via, de Aragó y el propio tramo central de la Diagonal tendrían en horas punta más tráfico del que podrían soportar. Con los cambios, desaparece la congestión en casi todo el interior de la ciudad, incluida la Ronda del Mig, teniendo en cuenta que en esa fecha ya estará en funcionamiento la línea 9 del metro.
Los cambios en las vías que deben reordenar el tráfico son los siguientes: en primer lugar, el cambio de sentido en la avenida de Sarrià y Urgell; los vehículos que entran en Barcelona desde Esplugues continuarían hacia el centro por la avenida de Sarrià, transformada en vía de bajada, y luego por Viladomat; en cambio, la salida se haría por Urgell, cuyo tramo final cambiaría también de sentido.
Al mismo tiempo, debería abrirse al tráfico la calle de Còrsega, de modo que los coches que hoy toman la Diagonal siguieran en línea recta. Los otros cambios (en la zona de Glòries) están vinculados a la transformación de la plaza, que incluye un túnel de dos carriles con salida del tráfico hacia la calle de Cartagena. Y en la otra punta, la definitiva apertura del tramo de Diputació que tiene que ir desde Tarragona a Gran Via.Reajustado el tráfico y los semáforos, el transporte público por Diagonal mejora también la velocidad. Los 15 kilómetros por hora actuales pasan a ser entre 17 y 18, en función de diversas variables. La redistribución que preferiría el Consistorio es la del tranvía en un lateral, que presenta un añadido importante: se reserva un carril para taxis y el autobús convencional, y el Retbus (autobús exprés, con menos paradas y más velocidad) comparte la plataforma con el tranvía.
Con estos cambios, la Diagonal gana en movilidad. Actualmente soporta unos 400.000 desplazamientos diarios (incluyendo los peatones y el transporte público y privado). La nueva distribución permite hasta 470.000 desplazamientos, gracias a que el transporte público gana una enorme capacidad. Los viajes en autobús son hoy el 22%, que bajarían al 19%, pero la enorme ganancia del tranvía compensa esa pérdida. Con todo, el gran cambio es el del coche: pasa del 34% a sólo el 7%.
De hecho, la Diagonal es ya hoy una vía lenta y evitada por los conductores. El trayecto entre las plazas de Francesc Macià y Glòries por la avenida requiere, en hora valle, 12,6 minutos de media. El mismo recorrido, pero utilizando la calle de Villarroel y luego València, baja a 12,2 minutos, y si se opta por Gran Via, a 11,3 minutos. Pero la gran reducción se aprecia en el recorrido inverso: desde Glòries a Francesc Macià por Aragó y Urgell exige sólo 9,8 minutos. Y eso, sin las mejoras de los cambios semafóricos.
El Ayuntamiento está dispuesto a defender su proyecto, pero no deja de temer que aparezcan obstáculos muy serios de la mano de la oposición. La obligación impuesta en el pleno de que la consulta incluya varias posibilidades de respuesta es, sugiere el equipo de gobierno, una invitación al voto de rechazo, tanto para quien se opone a los proyectos como para quien, simplemente, pretende dar un escarmiento al alcalde, Jordi Hereu, o a sus colaboradores. La oposición, teóricamente, apoya la reforma de la Diagonal, pero nadie se fía de que luego la defienda en una operación que acabaría por ser rentable a Hereu.
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