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El PSdeG endurece las exigencias para apoyar la reforma de la Lei do Solo

Primeros acuerdos entre socialistas y PP en la ponencia que analiza la norma

El PSdeG trazó ayer "líneas rojas" en su negociación con el PP para la reforma de la Lei do Solo. No está dispuesto a aceptar una amnistía generalizada de viviendas y naves industriales en suelo rústico, y así se lo hizo saber al Grupo Popular en la ponencia que comenzó a negociar el articulado de la nueva norma, admitida a trámite por el pleno la pasada semana. Pero a falta de que llegue el turno de los artículos más conflictivos, el acuerdo entre los dos grandes grupos sigue dominando las negociaciones.

El aviso de que los socialistas no apoyarán una reforma que legalice "lo que no puede ser legalizado" lo lanzó por la mañana el portavoz del grupo, Xaquín Fernández Leiceaga, "preocupado" por algunos de los preceptos del proyecto de ley y de las enmiendas del PP. "No vamos a evaluar positivamente, no vamos a apoyar con nuestro voto, una modificación escasa de la ley que sirva simplemente para legalizar aquello que no puede ser legalizado", advirtió tras la reunión de la Junta de Portavoces. Leiceaga se declaró dispuesto a analizar en qué condiciones se puede acometer la reforma, pero avisó de que "no se puede hacer con carácter general" una amnistía de las construcciones ilegales existentes.

"No vamos a apoyar la legalización de lo no legalizable", advierte Leiceaga

Las líneas rojas a las que se refirió el portavoz socialista son básicamente dos. De un lado, la legalización generalizada que supone la aplicación de la disposición transitoria tercera de la nueva ley, referida a edificaciones sin licencia. El PSdeG presentó una alegación a ese precepto en la que exige que se excluya el suelo protegido y se aplique un canon de ocho euros por cada metro cuadrado que se legalice. La otra es una enmienda del Grupo Popular que permitirá considerar suelo urbanizable el que ocupan naves industriales levantadas en suelo rústico. Los socialistas rechazarán la propuesta por considerarla demasiado generalizada, y abogan por establecer un cauce que permita discriminar entre naves legalizables y las que no deben acogerse al nuevo precepto.

Pero las probabilidades de que se frustre la alianza entre socialistas y populares en la nueva Lei do Solo son mínimas, dado el interés de ambos grupos en tramitar la reforma conjuntamente. El acuerdo evitaría que el PP quedara aislado, una situación que se traslada así al BNG, el único grupo que pidió la devolución del texto. En el PSdeG, mientras, prevalece el criterio de sus alcaldes frente al de destacados miembros de su grupo parlamentario, encabezados por el ex presidente Touriño.

La portavoz de territorio del PSdeG, Mar Barcón, trasladó las exigencias socialistas al responsable en la materia del PP, Román Rodríguez, que se mostró dispuesto a negociar la legalización general de naves industriales. En el caso de las viviendas, la aceptación de la enmienda socialista iría en contra de la opinión de la Consellería de Medio Ambiente. En la ponencia, mientras, se pactaron varios artículos y una modificación de la exposición de motivos de la reforma, donde se explicita la necesidad de redactar una Lei do Solo totalmente nueva.

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